Teófanes es de esas personas que solo con su tono de voz tranquilizan. A los pies de una imagen  de casi dos metros de la Santa nos da ya la primera aproximación a su verdadera fisionomía.

Conociendo la personalidad humilde de Teresa, es posible que ella no presumiera de lunares, pero de lo que están seguros los historiadores como él es de que la Santa era una persona alegre, muy alegre, y sin miedo.

La figura de esta mística abulense, nos cuenta Teófanes, va más allá de lo religioso. Porque Santa Teresa y sus escritos también han iluminado los caminos de gente ajena a la fe.

Entusiasmo y devoción de los han seguido sus pasos históricos  y que son capaces de contagiar.