Según un estudio de los Defensores del pueblo

Los pacientes denuncian que en las situaciones de saturación de Urgencias se menoscaba su dignidad

Los enfermos suelen quejarse por la permanencia en camillas en los pasillos, el fallecimiento de pacientes ante la presencia de otros y la falta de intimidad

Europa Press / Madrid

Un informe elaborado por los defensores del pueblo ha desvelado que las principales quejas que tienen los pacientes de los servicios de urgencias hospitalarias se basan en que, cuando estos están saturados, se produce un menoscabo de su dignidad y personalidad.

El documento, titulado 'Las urgencias hospitalarias en el Sistema Nacional de Salud: derechos y garantías de los pacientes', ha sido presentado este lunes por la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, y todos los comisionados autonómicos.

"En él se han estudiado los problemas comunes del sistema, los profesionales y los pacientes sin particularizar en ninguna comunidad autónoma", ha apostillado Becerril. Uno de estos problemas es la "imposibilidad" que en muchas ocasiones hay en los servicios de Urgencias para garantizar la dignidad e intimidad de los pacientes.

De hecho, los enfermos suelen quejarse por la permanencia en camillas en los pasillos, el fallecimiento de pacientes ante la presencia de otros y la visualización por terceras personas de aspectos inherentes a la espera íntima y personal.

   En este sentido, los defensores del pueblo señalan en el informe que las situaciones de saturación, donde se suelen producir estas quejas, son consecuencia, entre otros factores, de la falta de camas libres en el centro sanitario y de la gestión "poco eficaz" de las mismas.

Un hecho que, a su juicio, conlleva la permanencia de pacientes en el servicio de Urgencias con indicación de ingreso hospitalario y en espera de cama, no siempre en condiciones adecuadas desde la perspectiva asistencia y, también, desde la óptica de la observancia de los derechos fundamentales.

Finalmente, el informe avisa de que la atención en estos servicio a pacientes en fase terminal es un "fracaso del sistema", dado que en estas áreas "no resulta posible" garantizar a tales pacientes una muerte digna y preservar el duelo de familiares y allegados.