En el colegio vallisoletano Lola Herrera de Tudela de Duero  trabajan sobre emociones que no gustan. Piensan en su preocupación y nos dicen dónde lo sienten. Los alumnos de segundo de primaria lo sitúan en la barriga y en la cabeza.

Después lo exteriorizan y comparten con sus compañeros. Les preocupan que enfermen sus padres, que fallezcan sus abuelos, sus mascotas, perder a sus amigos...

Es momento de meter ese problema que les preocupa en un globo y empezamos a ver los resultados de educar en valores. Nos lo cuenta la coordinadora de este proyecto, Rut Alconada. "Cuando tienen cualquier tipo de conflicto, pues ya no dicen: Quita idiota o déjame en paz. Antes de estallar, o bien respiran o bien se marchan a otro lado."

Rut  Alconada comenzó a experimentar en su clase de tutoría y a través de su blog: Latido Emocional.  Después lo llevaron a todas las aulas del colegio y a día de hoy ya es un proyecto de innovación educativa.

Nuria Rebollar, la directora del centro declara que quieren que los niños aprendan a exteriorizar y contarnos qué le pasa, sin ningún miedo. De esa forma se podrían evitar problemas externos que se están dando en la actualidad como es el acoso escolar.

'"De qué nos sirve tener niños que saquen buenas notas en matemáticas si tenemos niños deprimidos, tenemos niños que sufren rechazo, que no saben decir qué les ocurre, que no tienen confianza para hablar." Son palabras de Rut Alconada quien considera fundamental la educación y gestión emocional en los más pequeños.

De esta forma trabajan la confianza, la autoestima, la asertividad, la empatía...Se conocen, se gestionan y ahora se fijan un objetivo. Debe ser real, depender de ellos mismos y se ponen fecha para cumplirlo: antes de fin de año.