TRIBUNALES | Valladolid

El joven de extrema derecha apuñalado por un neonazi asegura que se vio rodeado

  • El acusado, que sólo contestó a preguntas de su abogado, explicó que sólo pretendía asustarle

Ical

Emilio José G.V., el joven de la peña 'Ultravioletas' acusado de intentar asesinar a otro miembro de este grupo ultra de seguidores del Real Valladolid en un bar de la plaza San Miguel, aseguró este miércoles, en el inicio del juicio que se sigue contra él en la Audiencia Provincial, que no fue un ataque premeditado y que sólo tuvo la intención de asustar, mientras que su víctima, R.R.A., que sufrió una puñalada en el muslo y otra en el brazo, afirmó que se vio rodeado por varios amigos del agresor y que en ningún momento pudo huir.

El acusado, de 26 años y que se encuentra en la cárcel desde que ocurrieron los hechos en agosto de 2012, se enfrenta a una pena de ocho años de prisión por un delito de intento de asesinato, declaró que el encuentro con la víctima fue fortuito y reconoció que actuó bajó los efectos del alcohol.

A preguntas de su abogado, ya que se negó a ser interrogado por el fiscal, por la acusación y por el abogado de los tres jóvenes a los que se les acusa de cómplices, Emilio José aseguró que él y la víctima habían sido amigos íntimos durante muchos años, pero que desde que decidió cortar su relación de amistad con él por comportamientos que "podían causarme problemas por mi condición de militar", le venía acosando con llamadas de madrugada y con insultos. "Estaba obsesionado conmigo", aseveró.

En su declaración también aseguró que en el ataque utilizó un cúter que llevaba en el bolsillo por haber estado pegando carteles del Real Valladolid.

Por su parte, R.R.A, que reconoció que como consecuencia de la lesión que sufrió entre el codo y el hombro de su brazo izquierdo tiene limitado los movimientos de esta extremidad y reconocida una incapacidad total para ejercer la profesión de instalador de paneles solares que ejercía antes del ataque, afirmó que Emilio José G.V. le atacó con un cuchillo sin mediar palabra. "Primero, tras lanzarme varias cuchilladas bajas, me pincho en la pierna -en el muslo derecho- y luego siguió con sus ataques pero apuntando a la zona del cuello y el pecho", aseveró.

Además, la víctima insistió que tras recibir el pinchazo en la pierna sólo pensaba en mantenerse en pie y poder esquivar las repetidas cuchilladas. "Yo no amenacé a nadie, yo no fui a por nadie, lo único que hice en todo momento fue defenderme", afirmó. También insistió en que en ningún momento pudo huir, dado que además de la herida de la pierna, se encontraba acorralado por amigos del acusado.

La versión de la víctima fue corroborada por un amigo suyo que aseguró que al intentar mediar en la pelea y defender a R.R.A. fue golpeado y cayó al suelo, donde recibió varios golpes. También aseguró que el arma que portaba el acusado era de grandes dimensiones, "como un machete".

En el banquillo de los acusados también se sientan como cómplices de Emilio José G.V., Roberto A.G., de 36 años; Álvaro A.P., de 22, y Rodrigo, de 28, agredió a R.R.A, de 23 años, que se enfrentan a penas de cuatro años de cárcel.

En su declaración, los tres, también integrantes de este grupo ultra, han coincidido en señalar que sólo vieron un forcejeo entre ambos que duró unos pocos segundos, a la vez que negaron que acorralaran a la víctima o que golpearan al amigo que intentó mediar.

Los hechos, según el fiscal, ocurrieron sobre las dos de la madrugada del 30 de agosto de 2012 cuando Emilio José G.V, con la ayuda de los que considera sus cómplices, atacó a R.R.A., con la intención de acabar con su vida. Según la acusación publica, el principal acusado, utilizando una navaja o un cuchillo, comenzó a lanzar golpes en dirección al corazón de la víctima, que utilizaba sus brazos como escudo. En un momento de la agresión, de la que no podía escapar al estar acorralado por los otros tres acusados, recibió un navajazo en el muslo derecho.

El ataque continuó y Emilio José G.V. lanzó otra puñalada al pecho de la víctima que ésta paro con el brazo izquierdo. Tras la agresión, la víctima necesitó 301 días para curarse de sus heridas, de los cuales 16 los pasó en el hospital, ya que además de un férula de yeso en brazo izquierdo, también tuvo que someterse a diversos ciclos de rehabilitación. Para sanar de la herida del brazo, que le afectó a la arteria humeral, necesitó ser operado y también fue intervenido de la sección completa de los nervios cubital y mediano.

Además, en concepto de responsabilidad civil la Fiscalía también solicita al acusado una indemnización de más de 58.000 euros, cantidad a la que habrá que sumar la que determine el juez en el supuesto de declaración de incapacidad permanente, mientras que el abogado de la víctima la incrementa en 42.000 euros.