VALLADOLID | Instituto de ciencias del Corazón

Icicor participa en el primer ensayo clínico para probar la eficacia de células madre cardíacas y envasadas

  • El medicamento permite atender con más rapidez al paciente. Parte de células cardiorreparadoras y facilita que las dosis celulares sean mayores, por lo que la capacidad terapéutica sería superior.

rtvcyl.es

El Instituto de Ciencias del Corazón (Icicor), dependiente del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, se ha aliado con cuatro hospitales y la empresa biotecnológica Coretherapix en el primer ensayo clínico para probar la eficacia de células madre cardíacas envasadas para tratar el infarto agudo de miocardio.

Las novedades de esta línea de investigación radican en que si en la última década el Icicor había centrado sus esfuerzos en las células madre procedentes de la médula ósea del propio paciente, ahora abre el frente de las células madre cardíacas, y, además, lo hace con una 'nueva medicina': células listas para administrar procedentes de donantes, con lo que ello implica en tiempos de respuesta.

Los nuevos horizontes que se abren con estas terapias incipientes "son muy interesantes", teniendo en cuenta que son células madre procedentes del corazón, es decir, que están encaminadas a convertirse en miocitos cardíacos. Hasta la fecha, se ha trabajado intensamente en niveles experimentales y a pequeña escala, y con esta alianza se da el salto a la clínica. "Ahora comenzamos la andadura de un nuevo camino, el que empezamos hace doce años con las células madre de médula ósea", explica a Ical el jefe de Cardiología del Hospital Clínico Universitario de Valladolid y director del Instituto de Ciencias del Corazón (Icicor), Alberto San Román.

El trabajo lo coordinada Corextherapix, empresa española con sede en Tres Cantos (Madrid) y perteneciente al grupo Genetrix. Ha sido la encargada de elaborar este medicamento celular, que ahora inicia la fase de ensayo clínico para evaluar la seguridad del producto y obtener indicios de eficacia.

Junto al Clínico Universitario de Valladolid, participan otros cuatro hospitales españoles y uno belga: el Hospital de Lovaina (Bélgica), el Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, coordinadores clínicos, el Hospital de Navarra, el Hospital Universitario Vall d'Hebron, en Barcelona, y el Hospital Universitario Donostia.

Junto a estos hospitales, ha sido esencial la colaboración recibida del Hospital Universitario 12 de Octubre y la Fundación Jiménez Díaz durante el desarrollo del producto celular, así como del Centro de Cirugía de Mínima Invasión Jesús Usón de Cáceres y la empresa 3P Biopharmaceuticals de Pamplona.

La línea de investigación se enmarca dentro de un proyecto europeo del VII Programa Marco, denominado CAREMI, y el producto celular que se va a ensayar se llama AlloCSC-01. Aunque es complicado estimar, teniendo en cuenta que el desarrollo de un nuevo medicamento es un proceso "largo y tremendamente costoso", desde Coretherapix calculan que para llegar a este punto han sido necesarios quince millones de inversión, captados a través de sus propios inversores, ayudas públicas autonómicas, nacionales y europeas.

Ventajas frente a otras células

La ventaja de este medicamento celular frente al trasplante de células de médula ósea radica en que es un preparado disponible, almacenado, que puede administrarse inmediatamente al paciente, sin tener que esperar los tiempos habituales del otro tratamiento (hay que extraerlas al paciente, tratarlas y esperar unos días o semanas para administrárselas).

Además, las células madre cardíacas presentan un perfil de secreción de factores cardiorreparadores, inmunorreguladores y cardioprotectores mucho más rico que el presentado por otros tipos celulares previamente evaluados. La retención en el tejido cardíaco tras su administración es también mucho mayor que el que presentan las células mesenquimales. Por otro lado, el menor tamaño de estas células cuando se comparan con las mesenquimales hace que se puedan pinchar dosis mucho mayores utilizando técnicas poco invasivas, sin que se observe toxicidad, por lo que la capacidad terapéutica puede ser muy superior.

Finalmente, existen también ventajas a la hora de su producción in vitro, debido a su mayor tasa de proliferación y a su estabilidad génica, lo que permite producir grandes lotes de células y así reducir el coste de producción del medicamento.

Células de donante

Coretherapix ha apostado por una terapia alogénica, lo que significa que las células trasplantadas no son del propio paciente sino que proviene de donantes. En este modelo, el proceso de producción no está por tanto ligado al paciente que se va a tratar y permite producir las células por adelantado, pudiéndolas poner a disposición del médico para su administración en el paciente en el momento agudo de la enfermedad, cuando su potencial terapéutico es mayor.

Asimismo, la obtención de lotes alogénicos no ligados a un paciente concreto, permite seleccionar las producciones celulares con un mayor potencial regenerador, así como garantizar la bioequivalencia entre los distintos lotes producidos.

Las células se obtienen, previo consentimiento, de muestras biológicas que son normalmente descartadas durante una intervención. Una vez obtenidas las células madre, éstas son expandidas in vitro y extensivamente caracterizadas para confirmar que cumplen con todos los criterios de calidad y eficacia establecidos.

Antecedentes

La idea de utilizar células madre cardíacas para el tratamiento del infarto agudo de miocardio proviene del descubrimiento, en el año 2003, de células madre residentes en el tejido cardíaco responsables de la regeneración. Estas células serían las encargadas de mantener la homeostasis del tejido y de reponer aquellas células que se pierden durante la vida adulta. "Por tanto, dentro del corazón de cada uno residen poblaciones celulares con capacidad reparadora que pueden ser activadas y contribuir a la formación de nuevo tejido", explica a Ical Luis Rodríguez Borlado Martínez, director científico de Coretherapix.

La firma lleva trabajando en este proyecto desde 2007, tiempo en el que ha contado con la ayuda de distintos grupos de investigación tanto nacionales como extranjeros. En el año 2010 se sentaron las bases que permitieron establecer el proceso de producción, que finalizaría con la obtención de bancos celulares GMP (Good Manufacturing Practices) con la calidad requerida para su uso en pacientes, así como en el diseño de un plan preclínico. Finalmente, a principios de este año Coretherapix obtuvo el 'ok' de las agencias reguladoras para comenzar el ensayo clínico.

Horizonte 2024

Por lo que respecta a las fechas en las que los investigadores podrían llegar a una conclusión y anunciar si este medicamento celular puede convertirse en tratamiento habitual, tanto San Román como Rodríguez Borlado precisan que todavía se asiste a una fase muy temprana del desarrollo del producto y, por tanto, "es muy difícil hacer pronósticos".

"En estos momentos nos encontramos en los inicios del ensayo clínico (fase i/II) que confiamos en terminar en el año 2016. Tras esto será necesario un ensayo clínico de fase III y una fase de comercialización con lo que no es previsible que este medicamento pueda convertirse en tratamiento habitual antes de diez años. Estos periodos pueden parecer largos, pero son necesarios a la hora de poder desarrollar nuevos tratamiento seguros y eficaces", concluye Rodríguez Borlado.