La viuda de un policía nacional asesinado en Burgos en 1983 ha pedido amparo a los tribunales ante la decisión del Ministerio del Interior de quitarle el reconocimiento como víctima del terrorismo 31 años después.

Con 24 años, Trinidad Recio Hernández se quedó sola y con tres hijas, una de ellas con discapacidad. El asesino Rafael Bueno Latorre fue declarado enemigo público número uno. Se fugó y, a día de hoy, se desconoce su paradero.

El 12 de octubre de 1983 se fugó del Hospital Provincial de Burgos tras asesinar a dos policías nacionales. Se calificó como atentado terrorista y esa consideración han tenido sus viudas e hijos hasta ahora. La mujer del burgalés Raúl Santamaría ha recurrido ante los tribunales.

Su mayor preocupación es la situación en la que quedará una de sus hijas, con discapacidad intelectual.

Rafael Bueno fue detenido a los pocos meses pero de nuevo se fugó de la prisión de Alcalá-Meco y se perdió su rastro. Hace unos meses las hijas de Trinidad vieron su perfil en facebook y han pedido que se reanude la búsqueda.

"A mi marido le dieron seis tiros por la espalda y un de gracia. No era un vulgar delincuente. Tiene suficiente sangre fría como los demás terroristas que hay en el mundo", afirma la viuda.

"Mi hija es discapacitada psíquica con un grado de dependencia dos. El día que yo falte ¿En qué condiciones va a quedar?".