El Consejo de Seguridad Nacional pide más tiempo para decidir el futuro de la Central Nuclear de Garoña, en Burgos. Su reapertura o no, era un asunto que se iba a dirimir esta semana, pero hasta la próxima no se va a tomar la decisión. El debate se plantea después del último informe, que avala que se abran las puertas, aunque con varios condicionantes.

Los vecinos de Quintana Martingalindez, en el valle de tobalina, ya están acostumbrados a que los medios de comunicación merodeen por la zona.

La central nuclear Santa Maria de Garoña, con la que conviven desde hace 46 años, está cerca de conocer si su vida útil acaba aquí o por el contrario se le concede actividad hasta el año 2031. Y son muchos los que viven esta supuesta recta final con el optimismo de ver reabrir sus puertas.

Hay también quien se muestra optimista pero confiando en su cierre definitivo.

Uno de los más interesados en su reapertura es el ayuntamiento, ya que de esta central depende el 50 por ciento de su presupuesto.

Al margen del informe que emita el Consejo de seguridad nuclear, el gobierno es quien tendría la última palabra para llevar a cabo la reapertura. Y falta por concretar también si las dos eléctricas, Endesa e Iberdrola, siguen interesadas en reabrir Garoña.