VILLAFRIA | Burgos

El aeropuerto de Burgos podría multiplicar por cinco sus pasajeros en cuatro años y superar los 20.000

Fomento proyecta obras en el 'joven' aeródromo de Villafría para atender la demanda futura y calcula un desembolso de 3,87 millones

Ical

El aeropuerto de Burgos, el más “joven” de Castilla y León, podría dar el ‘estirón’ en los próximos cuatro años y superar los 20.400 viajeros al año. De hecho, las instalaciones de Villafría, que iniciaron su actividad comercial hace casi nueve años, podrían experimentar un despegue sin precedentes que le permitiría multiplicar por cinco sus usuarios, unos 4.600 el pasado año, según los cálculos del Ministerio de Fomento, si bien había previsto hace ocho años alcanzar la cifra de 122.000 en 2015.

Ahora, el departamento que dirige Íñigo Gómez de la Serna actualiza el Plan Director del aeropuerto burgalés, que se revisó ya en 2009, tras su primera aprobación en 2001. A pesar de la evolución del tráfico aéreo en los últimos años, Fomento proyecta obras en las instalaciones de Villafría para atender la demanda futura con un desembolso total de 3,87 millones de euros.

En concreto, el Ministerio estima que el aeropuerto de Burgos podría alcanzar los 20.400 pasajeros en 2021, de los que 17.000 corresponderían a tráfico comercial. No obstante, Fomento calcula que el avance no se frenará y continuará hasta superar los 41.300 siete años después y los 61.300 en 2035. De esta forma, en cuatro años esta base aeroportuaria podría gestionar un máximo de 2.870 operaciones.

Este volumen de tráfico obliga a Fomento a proponer un conjunto de actuaciones con las que pretende que el aeropuerto tenga una capacidad suficiente para atender las operaciones con “altos niveles” de calidad. Las principales actuaciones estarán relacionadas con el movimiento de aeronaves, para lo que el Ministerio baraja la adecuación de la plataforma de estacionamiento, lo que obligará a reordenar la zona, y la ampliación hasta los 420 metros del sistema sencillo de luces de aproximación de la pista 22.

Igualmente, el Ministerio plantea la construcción de dos hangares en primera línea de la plataforma, al suroeste del terminal actual de Villafría. Para ello, cambiará la ubicación de las instalaciones de abastecimiento de combustible, que se aproximarán al área reservada para el estacionamiento de aeronaves.

Además, Fomento remarcó que la localización del aeropuerto, junto a una línea férrea, el Centro de Transportes y la carretera N-I, facilita su especialización en el transporte de mercancías, por lo que se delimitará una zona de actividades complementarias, que permita integrar esta instalación “como parte de una gran infraestructura logística intermodal”.

Origen municipal

Aunque anteriormente ya existía un pequeño aeródromo, la creación del Aeropuerto Nacional de Villafría se produjo el 19 de julio de 1927, bajo el reinado de Alfonso XIII. Durante la Segunda República, el diputado por Burgos José María Albiñana consiguió una subvención para su construcción que alcanzó casi la mitad de su presupuesto que ascendía a 80.000 pesetas. Desgraciadamente, su funcionamiento como aeropuerto civil no tuvo efecto hasta mucho tiempo después. En 1995 el Ministerio de Defensa cedió los terrenos del aeropuerto para que el Ayuntamiento de Burgos alumbrada el primero municipal de España.

Se creó una empresa semi-pública, Gabsa, encargada de gestionar el aeropuerto y, después de una serie de obras sufragadas por el Ayuntamiento burgalés, entre ellas el asfaltado de una pista de 1.339 metros y la construcción de dos hangares, el aeropuerto se inauguró en 1999. Se realizó un concurso para adjudicar la gestión, que ganó la empresa Acciona, pero al año siguiente el Gobierno decidió integrar Villafría en la Red de Aeropuertos de Interés General, a través de Aena, por lo cual se rescindió el contrato con esta compañía.

El 18 de julio de 2001 el Gobierno aprobó el Plan Director del aeropuerto, en el cual se proponía un aumento de la longitud de pista, de forma que pudieran operar turbohélices y aeronaves de calibre medio. Sin embargo, esta obra no permitía realizar operaciones instrumentales de precisión debido a la orografía, por ello se planteó una nueva orientación. Junto con la actuación de la nueva pista, se planteó un nueva terminal y accesos, en definitiva la construcción de un aeropuerto completamente nuevo.

Finalmente, el nuevo aeropuerto de Burgos, situado a unos cuatro kilómetros al noreste de la capital, comenzó a operar tráfico comercial de aeronaves el 3 de julio de 2008. Ocupa una superficie de cerca de 230 hectáreas junto a las instalaciones del antiguo aeródromo.