Ciencia

Científicos españoles consiguen cultivar células madre más seguras

Para su uso en medicina regenerativa

Europa Press

Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) han conseguido desarrollar células madre potencialmente más seguras para su uso en medicina regenerativa, gracias a un cambio en los medios de cultivo para reparar el daño que se produce en el ADN durante el proceso de transformación celular.

El futuro de la medicina regenerativa pasa por utilizar células madre para producir diferentes tipos celulares o tejidos reparadores. Con la aparición en 2006 de las células madre pluripotentes (ipS, según sus siglas en inglés), capaces de convertirse en cualquier otra célula, se dio un paso importante pero el método generaba daño en el genoma de estas célulasl, lo que despertó "alguna duda" sobre su seguridad.

En este trabajo, cuyos resultados publica la revista 'Nature Communications', el jefe del Grupo de Inestabilidad Genómica del CNIO, Óscar Fernández-Capetillo, y su equipo han visto que el origen del daño en el genoma de las células iPS radica en un tipo de estrés muy particular al que quedan sometidas las células durante la reprogramación celular: el estrés replicativo, que ocurre cuando las células aumentan el ritmo de división.

Además, a raíz de este hallazgo los autores han conseguido desarrollar estrategias para reducir este tipo de estrés logrando así células madre pluripotentes con un menor daño en su genoma.

CONSEGUIR CÉLULAS MADRE DE FORMA MÁS EFICIENTE

Los resultados representan un importante avance para el posible uso de las células iPS, ya que después de casi una década de su descubrimiento permitirán su obtención de una forma más eficiente, con menos daños en el ADN y potencialmente más seguras.

Las naturaleza del daño en el ADN que se observa en las células iPS ha sido motivo de debate desde hace unos años, debido a que este se asocia a reorganizaciones de grandes fragmentos de los cromosomas que podrían ocasionar mutaciones potencialmente peligrosas para su uso clínico.

En un trabajo previo del CNIO publicado en 'Nature' en 2009, en el que también participó Fernández-Capetillo, se describía cómo el daño en el ADN tenía importantes consecuencias en la reprogramación celular al limitar el proceso y hacerlo menos eficiente.

Ahora, en este trabajo no solo ha puesto nombre y apellidos al origen del daño, el estrés replicativo, sino que ha conseguido disminuirlo significativamente, lo que potencialmente mejora la seguridad de las células madre inducidas para su uso en biomedicina.

UN DOBLE ENFOQUE

Para reducir el daño en las células madre y conseguir así genomas más estables, los científicos han utilizado una doble aproximación: una genética, en la que incrementan la producción de la proteína Chk1, reparadora de daño en el ADN cuando hay estrés replicativo; otra química, en la que suplementan el medio del que se alimentan las células con nucleósidos, unos compuestos que originan los ladrillos que construyen el ADN.

"De otros trabajos previos del grupo sabíamos que un aporte adicional de nucleósidos disminuye el estrés replicativo, seguramente facilitando la correcta duplicación del ADN a medida que aumenta el ritmo de la división celular durante la reprogramación", ha explicado Sergio Ruiz, primer firmante del trabajo.

La facilidad de esta estrategia con nucleósidos hace que pueda implementarse de manera sencilla por los laboratorios de todo el mundo que trabajan con iPS, y de este modo contribuir significativamente al campo de la biología regenerativa, una de las mayores esperanzas en biomedicina para este siglo.

En el estudio también han participado grupos de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, los Institutos Pasteur en París (Francia) y de la Universidad de Toronto (Canadá).