Ocurrió en el curso 88-89 en el entonces seminario de La Bañeza, hoy reconvertido en residencia de ancianos de Mensajeros de la Paz. Uno de los jóvenes que estudió interno en este centro denunció que tanto él como otros menores fueron víctimas de abusos sexuales por parte de unos de sus profesores hace ahora veintiocho años.

Dos de las víctimas llegaron incluso a poner los hechos en conocimiento del rector del centro, pero no se tomaron medidas. Ahora, casi tres décadas después, el obispado ha reconocido los abusos y ha pedido perdón a la víctima.  Lo ha hecho después de la confesión del propio sacerdote, José Manuel Ramos Gordón, quien se encuentra apartado de sus cargos desde agosto del año pasado cuando acabó el proceso administrativo penal iniciado por el obispado al tener conocimiento de los hechos, para lo que incluso hubo que levantar la prescripción canónica debido al tiempo que había transcurrido.

En un comunicado el obispo ha pedido perdón a la víctima por el daño causado y ha lamentado unos hechos que considera deplorables, moralmente inaceptables y reprobables.