EXPOSICIÓN | Del 31 de enero al 28 de febrero

Segovia acoge la exposición 'No es un juego de niños-Niños del Holocausto'

Con sus juegos, inocencia y creatividad intentaron superar una vida llena de horror en los campos de concentración.

Ical

Sólo unos cuantos miles de niños sobrevivieron en el Holocausto porque cerca de 1,6 millones de menores judíos fueron asesinados. La exposición 'No es juego de niños. Niños del Holocausto' se acerca su historia, a su lucha por seguir siendo niños. "Jugaban, reían, eran creativos y expresaban sus temores y esperanzas", según la información del Museo Oficial del Holocausto, impulsor de esta muestra itinerante que se podrá ver en el Centro de Interpretación de la Judería de Segovia del 31 de enero al 28 de febrero.

La exposición comienza mostrando la vida de los niños judíos en Europa antes de 1939, con sus juegos de calle y de pelota, también de mesa como el archiconocido 'Monopoly', el ajedrez, libros como 'El jorobado de Notre Dame' y 'Ana de las Tejas Verdes' y los personajes de películas de Walt Disney como Mickey o Blancanieves y los siete enanitos.

Una vida que pronto cambiará para muchos de ellos porque a partir de llegada de los Nazis al poder en Alemania y antes de estallar la Segunda Guerra Mundial, en septiembre de 1939, muchos padres judís decidieron enviar a sus hijos al exterior "para asegurar su futuro". Los datos, recogidos en eta exposición hablan por sí mismos: 5.000 niños a Palestina o los alrededor de 9.000 chavales que encontraron refugio en Gran Bretaña después de la conocida como Noche de los Cristales Rotos (Kristallnacht) de noviembre de 1938.

La muestra dedica varios paneles a explicar cómo era la infancia en los Guetos, los barrios cercados sólo para judíos de los que no se podía salir sin permiso y con unas penosas condiciones de vida de hacinamiento (más de 15 personas en un mismo cuarto), hambre, inmundicia y frío. "Muchos niños intentaron ayudar a sus familias aceptando trabajos y contrabandeando comida hacia el gueto".

Una exposición con nombres y ejemplos concretos como el gueto especial 'Theresienstadt' que los alemanes fundaron en la ciudad checa de Terezin, en noviembre de 1941, con judíos de Checoeslovaquia, Alemania, Austria, Dinamarca y Holanda, como estación de tránsito hacia los campos de exterminio. Entre 1942 y 1944, fueron enviados a Theresienstadt aproximadamente unos 13.000 niños, sólo obrevivieron unos pocos centenares.

Freddy Hirsch

La exposición se detiene en la figura de Freddy Hirsch que fue el creador y director del 'Bloque de Niños' del campo de Auschwitz-Birkenau organizando actividades con la ayuda de un equipo esmeradamente seleccionado de jóvenes instructores. Una idea que tuvo un muy triste final porque muchos niños, algunos educadores, incluido el propio Hirsch fueron asesinados seis meses después de su llegada al campo de exterminio.

Esta muestra invita al espectador a visitar cómo eran los 'Hogares de niños' que albergaban a jóvenes cuyos padres habían sido deportados a los campos o pensaban que sus niños tendrían mayores posibilidades de sobrevivir en estas instituciones. Sólo en Francia, más de 5.000 niños sobrevivieron gracias a estos lugares.

Personas con nombres y apellidos que dan testimonio de lo que ocurrió en Europa no hace tanto tiempo. El pequeño Max que con 9 años tuvo que esconderse en un gallinero en Holanda, que fue su lugar de juegos y estudios. Max Heppner, hoy Max Amichai, sobrevivió el Holocausto y se instaló en Estados Unidos

La exposición itinerante 'No es juego de niños' cuenta la historia a través de juguetes, juegos, ilustraciones, diarios o poemas, para hablar de cómo lograron mantener, en la medida de los posible, su infancia. Para el comisario de la muestra Yehudit Inbar, "la fantasía, la creatividad y el juego fueron las manifestaciones de un instinto básico de supervivencia", de un "requisito indispensable para la vida" en medio del horror y la guerra.