Cruje el monte.  En Valdelosa, Salamanca, cada verano sacadores extremeños desnudan cientos de árboles centenarios tras los zarpazos de las hachas. Hasta 20 jornaleros de Cáceres y Badajoz se afanan en arrancar, recoger y cargar la materia prima. 

Las 12.000 hectáreas de monte de la zona se han dividido en 10 cuadrantes. Cada año se trabaja en uno de ellos. Es el tiempo necesario para que el árbol regenere su corteza. Lo más positivo es que en las últimas campañas los precios cotizan al alza. "De cobrar 50 céntimos el kilo hace 7 años, a cobrar ahora un euro con 60 céntimos el kilo", nos dice Manuel Prada, alcalde de Valdelosa. Así se está generando gran riqueza para el municipio y la comarca. "Si en el pueblo tenemos unas 3.000 hectáreas y se descorchan unas 300 hectáreas de media cada temporada, las arcas municipales ingresan en torno a 100.000 euros anuales", asegura Prada. 

Los remolques se llenan de contínuo y cada poco tiempo descargan 5.000 kilos de material en bruto. Y a partir de aquí comienza su transformación en la fábrica. En la única que hace tapones de corcho en Castilla y León. A 50 kilómetros, en Machacón, muy cerca de Salamanca capital, la empresa Salmantina de Corcho acopia, cuece, calibra y clasifica las planchas. Las máquinas troquelan en torno a 20 millones de tapones al año. 

Una parte importante se quedan en las bodegas de la Comunidad, y en la Rioja, pero en este caso la mayoría va a Portugal.. Afirman que el producto natural es el mejor conservante, y están convencidos que la silicona está perdiendo fuerza en el mercado. Lo apreciaremos aún más cuando abramos la próxima botella.