Béjar ha visto de la noche a la mañana como uno de sus proyectos culturales más ambiciosos, el Museo Textil, se destruía por completo. Tras años de paciente adquisición de maquinaria y objetos vinculados al pasado industrial de la ciudad, un ataque vandálico de una saña inexplicable ha dado al traste con la iniciativa. Las pérdidas superan los 3 millones de euros.