5 años después de su muerte

El libro que recoge la correspondencia que mantenía Delibes con el crítico Gonzalo Sobejano

Narrador, ensayista, autor de libros de viajes, de cuentos y de relatos breves, Delibes se atrevió con todo menos con la poesía.

Ical

La Fundación Miguel Delibes y la Universidad de Valladolid han apostado por la edición de un nuevo libro que recopila una relación de 188 epístolas entre Miguel Delibes y Gonzalo Sobejano y en el que queda patente la relación de amistad que el escritor y el hispanista mantuvieron durante más de cuarenta años a través de cartas. La publicación, presentada previamente en Nueva York, fue dada a conocer esta tarde en la sede de la Biblioteca Nacional de España en Madrid.

La obra permite un acercamiento diferente a dos nombres imprescindibles en la historia de la literatura española de la segunda mitad del siglo XX. Por ello, debido a su relevancia, el acto de hoy contó con la presencia de Elisa Delibes, hija del escritor y presidenta de la Fundación Miguel Delibes, el recientemente nombrado director de la Real Academia de la Lengua, Darío Villanueva, el profesor de la Universidad de Valladolid José Ramón González y la responsable de la edición de la obra, Amparo Medina-Bocos.

Ambos protagonistas de la publicación se conocieron en 1960 en Alemania y desde entonces mantuvieron una relación de amistad a distancia que perdurará en el tiempo gracias a las cartas y a este libro. El volumen se compone de las 188 epístolas que se escribieron durante este periodo en las que no sólo hablaron de temas profesionales sino también personales.

En las cartas se habla de temas familiares, de amigos comunes, de publicaciones y literatura. Además, el epistolario sirve para adentrarse en la época que vivieron, ya que hacen referencia a distintos asuntos de actualidad en los que ofrecían además su visión sobre las situación que les rodeaba. De hecho, en ocasiones mostraron su desaprobación por el estado del país. Así, Delibes llegó a “lamentar, pero entender”, que Sobejano decidiese finalmente quedarse en Estados Unidos.

Elisa Delibes explicó que con esta publicación quedan al descubierto “cartas contenidas sin salidas de tono que demuestran una amistad entrañable y conmovedora”. Por su parte, Darío Villanueva señaló que en los textos se aprecia “un enorme aprecio y admiración”, algo que encuentra común de un crítico a un escritor pero no al revés. Asimismo, al avanzar en la lectura se descubren significativos paralelismos en sus respectivas trayectorias vitales.