"Estás hablando con hermanos tuyos que viven cosas parecidas a las tuyas. Yo no sé que piensan ellos: yo me he mejorado con estas experiencias" Si Antonio López, el mejor pintor impresionista, piensa así de la Cátedra Goya, qué no pensarán los que aquí vienen a escuchar al maestro.
Este lunes ha comenzazo en Avila la Cátedra Goya, convocada por la Fundación Caja de Ávila. Reúne medio centenar de alumnos entorno a dos profesores de excepción: Antonio López y Julio López.
Antonio López lleva con este 9 años acercándose al Palacio de Los Serrano de Ávila para mirar, conversar, aconsejar; intercambiar, guiar e interiorizar. "Luego vuelves al estudio y recuerdas cosas que tenías olvidadas, y ya no puedes ser un sinvergüenza", cuenta el pintor con humor.
Junto a él estará, Julio López, compañero en ya infinidad de talleres y otro intérprete de la perspectiva en papel y lienzo. Los dos dirigen esta Cátedra en la que los alumnos van a permanecer cinco días exclusivamente dibujando.
"Todo límite supone una posibilidad de ampliar conocimientos, supone conocerse a sí mismo, es primigenio y la posibilidad de encontrarse más vivo", Apunta Julio López.
Durante esta semana, 50 alumnos, con el lápiz y el carboncillo en la mano, permanecerán despojando los sentidos de lo accesorio y con los oídos bien abiertos. Ellos y sus maestros.