VINO

Campo Eliseo: Grandes blancos aunando innovación y tradición

En la cava se fermenta el vino en tanques de acero inoxidable, en huevos de hormigón y en fudres

La bodega Campo Eliseo está ubicada en la localidad vallisoletana de La Seca. Sus propietarios provienen de familias francesas ligadas desde hace varias décadas con el vino. Ésto hizo que en su afán por demostrar el potencial de la variedad verdejo decidieran mezclar los conocimientos internacionales que ellos tenían junto a la tradición.

La base es la variedad verdejo, una uva con gran potencial, con la que se están haciendo grandes vinos gracias a un cuidado detalle de todos los pasos en la bodega.

Lo primero que llama la atención es la cueva donde duermen los vinos de la bodega Campo Eliseo. Cuando la mayor parte de las bodegas buscan instalaciones modernas, choca encontrar lugares donde se respetan siglos de tradición vitivinícola. Para los propietarios era clave poder trabajar en un lugar así. Una estancia que otorga a los vinos particularidades muy especiales.

Este tipo de espacios permite trabajar con humedad relativa en torno al 90% y con temperaturas entre los diez y doce grados durante todo el año. Estas características del entorno permiten unas crianzas de una forma suave, pausada, lenta y con pocas pérdidas de evaporación, por tener una humedad relativamente importante.

El objetivo fundamental de esta forma de elaborar el vino es reducir al máximo el uso de máquinas, poder hacer crianzas largas tanto en hormigones como en barrica de acero inoxidable y en fudres. En esta bodega el 100% de la uva entra vendimiada a mano. Se enfrían en cámara frigorífica para manipularla en unas condiciones de menor oxidación.

Los huevos de hormigón y los fudres, por su forma, permiten un flujo constante de movimiento que deja las lías en suspensión durante largo tiempo. Esto va a aportar una mayor untuosidad grasa y volumen en boca. Es el principal factor diferenciador respecto a otro tipo de tanques.

El hormigón y también la madera son materiales porosos que permiten una microoxigenación dentro del vino y generan un perfil aromático también diferente.

Los huevos de hormigón están patentados en Francia. En España son todavía pocas las bodegas que se atreven a probar con ellos, pese a las características que otorgan al vino.