Los apicultores pierden cada año el 30 por ciento de sus colmenas, con la consecuente reducción de la producción de miel. Esperan que las prácticas agrícolas cambien hacia un un uso razonable de los pesticidas. Es solo una de sus quejas. Y aunque lleguen ayudas, dicen, el sector se hunde.

La campaña mielera actual es esperanzadora pero eso no alivia la realidad. Los profesionales están que echan humo. Sin polinizadores no hay agricultores, nos dicen, y notan que cada vez más los productos químicos inundan el campo. 

Aseguran que más o menos cada año pierden el 30% de sus ejemplares con la consecuente caída en la producción de la miel. A partir de ahí sus esfuerzos deben centrarse en la repoblación de los panales.

Entre Europa, Ministerio y Comunidades Autónomas a España llegarán en los 3 próximos años 34 millones de euros para ayudar al sector. Y sin querer ser egoístas piden que se dediquen más partidas para investigación. 

Aún así en Castilla y León somos líderes en explotaciones a nivel nacional: 4.500. De donde salen 4.000 toneladas de miel cada año.