En la comarca de Sanabria-La Carballeda, se les conoce como los Guripas. Hace unos 25 años su familia fue propietaria de un matadero, en la actualidad clausurado. Es donde fueron intervenidos, utensilios de despiece, armas, nueve cabezas de ciervo, otras tantas de corzo y multitud de cornamentas. Esto ocurrió en 2010. Los dos hermanos ganaderos y el hijo de uno de ellos han declarado que se las habían encontrado por el monte donde habitualmente hay animales muertos, y algunos por accidentes de tráfico. Sobre la nave clausurada han reconocido que la siguen utilizando pero sólo para la matanza doméstica.

Y que se supone que hicieron la vista gorda. Fueron presuntamente permisivos con la caza furtiva que realizaban. Algo que los tres agentes han negado. Pero otra realidad es que existen escuchas telefónicas autorizadas en las que uno de los acusados, sin tan siquiera licencia de armas, habla abiertamente de los animales que ha cazado. Aunque en el juicio ha dicho que solo era para fardar. Un caso que llegó a los juzgados en el año 2010, después de una larga investigación.