Esta semana, el Consejo Europeo de Medio Ambiente ha aprobado una normativa que exige que en 2030 las emisiones de los coches sean un 35 por ciento inferiores a las de 2021. Aunque este no es el peor escenario que manejaba la industria de la automoción, sí que les obliga a ponerse las pilas. Y nunca mejor dicho, porque las baterías son la clave del coche eléctrico. Castilla y León contará con una fábrica: la que utilizaba Reanult para el Twizy.
 
 Hasta la primavera del año que viene la actividad de montaje del Twizy continuará en Valladolid. A partir de entonces se trasladará a Corea del Sur, el principal mercado de este cuadriciclo, el primer vehículo eléctrico hecho en España en 2011.

Luego, hasta el otoño de 2019, las instalaciones se reformarán para fabricar las baterías que se instalarán a partir de 2020 en las versiones híbridas enchufables del Captur y del Megane. Las baterías son el cuello de botella del coche eléctrico.

El cambio ha sido bien acogido por los sindicatos pues supone dar estabilidad a unos trabajadores que dependían de los altibajos de la demanda del Twizy. Ahora mismo trabajaban 33 personas y van a pasar a un mínimo de 70 empleados. Con la fabricación de baterías aumenta la actividad propia de Renault.

A lo largo del próximo año se tendrán que reacondicionar para el montaje de estas baterías las líneas de producción de Palencia y Valladolid.