SANIDAD

Entre el 5 y el 7% de la población de Castilla y León padece el Síndrome de Piernas Inquietas

  • Se caracteriza por la molestia en el paciente que necesita mover con urgencia las piernas
  • Sólo un 80% de los afectados tiene diagnosticada esta enfermedad crónica

Ical/ Ávila

Entre el 5 y el 7% de la población de Castilla y León padece el Síndrome de Piernas Inquietas (SPI), pero sólo un 80% de los afectados tiene diagnosticada esta enfermedad crónica, que en sus manifestaciones más graves genera graves trastornos del sueño y que se caracteriza por la molestia ocasionada en el paciente porque siente que necesita mover con urgencia las piernas, según indicó hoy en Ávila la neuróloga del Complejo Hospitalario, Ana Belén Caminero.

La severidad del síndrome es muy variable, y entre un 2,5 y un 3%, es decir, una cuarta parte de los afectados por esta enfermedad, sufren la variante más grave del SPI.

Esta enfermedad afecta más a las mujeres que a los hombres. Entre el 60 y el 70% de los afectados son mujeres, mientras que entre el 30 y el 40% son hombres.

El mayor número de afectados se encuentra entre los 40 y los 60 años, señaló Caminero, aunque se dan casos en cualquier franja de edad, incluyendo la niñez y juventud.

La presidenta de la Asociación Nacional de Síndrome de Piernas Inquietas (AESPI), Esperanza López, señaló que muchos afectados no acuden a su médico de cabecera o a un especialista porque sienten vergüenza de explicar sus síntomas o no lo consideran una enfermedad como tal.

"Algunos pacientes no se atreven a consultar con su médico por miedo a que les llame locos, y de hecho así es, porque muchos facultativos desconocen el SPI y los derivan al psiquiatra, o al reumatólogo, pero no al neurólogo", explicó López.

Con el objetivo de dar a conocer esta enfermedad, que pese a que afecta a un buen porcentaje de población padece esta dolencia, la Asociación Española de Síndrome de Piernas Inquietas (AESPI) organizó, en colaboración con la Obra Social Caja de Ávila, una conferencia coloquio con los pacientes en Ávila.

Síndrome de Piernas Inquietas

El Síndrome de Piernas Inquietas (SPI) es una enfermedad crónica que afecta a entre el 10 y el 15% de la población adulta, y sin embargo, sólo el 5% se encuentra actualmente diagnosticado. No existe curación, pero sí tratamiento, y tampoco hay un tratamiento preventivo.

El SPI es un síndrome consistente en la aparición de molestias como pinchazos, hormigueos, inquietud o dolor en las extremidades inferiores, provocando la necesidad urgente de moverlas para aliviar momentáneamente las crisis. A lo largo de la enfermedad, señaló la doctora Caminero, estas molestias pueden darse en la cabeza, los brazos o el tronco.

Estas molestias suelen aparecer a última hora de la tarde o durante la noche, provocando mucha inquietud e incluso insomnio. Precisamente, es al principio de la enfermedad cuando el SPI se manifiesta a última hora de la tarde o de la noche, cuando el paciente intenta relajarse o dormir.

La neuróloga del hospital abulense explicó que este síndrome puede causar insomnio de inicio o de mantenimiento, "y por tanto todas las manifestaciones derivadas de ello, como somnolencia diurna, depresión, ansiedad, dolor crónico, dificultades de atención y concentración y una merma importante en su calidad de vida".

Los pacientes que lo padecen en grado moderado o intenso apenas duermen una media de tres horas diarias, lo que provoca cansancio y disminuye su capacidad de concentración.

El SPI no tiene cura pero sí tratamiento. Así, señaló la presidenta de la Asociación Nacional de Síndrome de Piernas Inquietas (AESPI), Esperanza López, se utilizan los mismos fármacos que se aplican en tratamientos contra el Parkinson, aunque en diferentes cantidades. Caminero puntualizó que se usan medicamentos dopaminérgicos, así como opioides.