El primer borrador de la declaración final de la cumbre UE-Turquía estipula que el Gobierno de Ankara se comprometerá a intensificar sus esfuerzos para controlar el flujo migratorio a través de sus fronteras a cambio de una ayuda inicial de 3.000 millones de euros --revisable en los próximos meses--, el reinicio de las atascadas conversaciones de adhesión a la UE y la imposición de fuertes restricciones para aquellos inmigrantes que no sean peticionarios de asilo.

El documento sigue las líneas generales de las informaciones de los últimos días sobre las condiciones de un posible acuerdo migratorio entre Bruselas y Ankara para paliar la gravísima crisis de refugiados, intensificada por la guerra en Siria.

Así, ambas partes "incrementarán su cooperación activa con efecto inmediato en el trato a los inmigrantes que no necesiten protección internacional, impidiendo su paso a Turquía y a la UE, garantizando la aplicación de las previsiones bilaterales de readmisión y devolviendo con rapidez a los inmigrantes que no necesiten ser protegidos por la comunidad internacional de la situación en sus países de origen".

Además, la UE abrirá en diciembre el nuevo episodio de negociaciones de adhesión, prácticamente paralizadas desde 2005, y preparará una nueva reunión que se celebrará durante el primer trimestre de 2016.

También se comprometerá a levantar el requisito de visado a los turcos en octubre de 2016 si Ankara se compromete a cumplir ciertos criterios especificados en una hoja de ruta, según el borrador, difundido antes del inicio de las negociaciones a las 16.00.