Son tradiciones culturales que perviven a lo largo de los siglos. La historia española no se entendería sin los olés de las plazas de Toros, sin los elaborados mantones de manila o sin los viajes de la trashumancia.

Para regular la protección de estas actividades y del patrimonio del país, el ejecutivo ha aprobado un proyecto de ley. La administración del Estado tendrá potestad para tomar medidas de salvaguarda a través de una nueva denominación: Manifestación Inmaterial de la Cultura.

Las comunidades autónomas mantendrán sus competencias a través de las declaraciones de Bien de Interés Cultural. En Castilla y León hay 1.883. Los toros de Guisando en Ávila, las Bodegas de Aranda de Duero en Burgos o las Pallozas de la provincia de León son sólo algunos ejemplos.

El gobierno central sólo intervendría en el caso de que se vieran implicadas varias comunidades, como ocurre con el Camino de Santiago.