Sobre la mesa tenemos langostinos naturales. Sin conservantes, ni productos químicos. Y con ellos descubrimos varios platos que despiertan nuevas sensaciones.
Al restaurante llegan vivos cada día. Nacen, crecen y se reproducen en este mar, pero tierra adentro. En el centro de Castilla y León. De las 24 piscinas como esta de agua salada salen cerca de 100 toneladas cada año. El 99 por ciento se queda en España.
Su calidad se refleja en el precio, unos 35 euros el kilo. Cuestión ya de paladares y de bosillos.