Nos cuentan los profesores que hasta que hemos llegado nosotros con nuestra cámara y trípode los chicos estaban muy tranquilos. Pedimos perdón por romper la tranquilidad. Porque sí, este centro es de lo más normal a pesar de tener un 97% de alumnos procedentes de minorías étnicas.
Una de los logros de este centro ha sido el de involucrar a las familias para que participen dentro del colegio. Como José, que viene a menudo a echar una mano en la vigilancia del recreo y otras actividades.
Los profesores también han tenido que poner de su parte, y han innovado actividades que sean más motivadoras, porque si no, muchos alumnos pasarían del cole. Como por ejemplo asemejar el aula a un barco pirata que va surcando los días de la semana.
Además, la multiculturalidad se aprovecha para enriquecer el aprendizaje. Y sobre todo sonreir y música para romper estereotipos.