Cada año se registran en Castilla y León  25 casos de cáncer infantil. Una situación que es todo un reto para las familias porque a la preocupación por la enfermedad tienen que unir los problemas para conciliar el cuidado del pequeño con su vida labora. Al contrario que en otros países, en España la normativa garantiza que uno de los padres pueda tener una baja durante todo el tratamiento, pero hay limitaciones.

El diagnóstico de cáncer para un niño es, además de un momento doloroso para las familias, todo un reto organizativo. En algunos países, funciona el sistema de vacaciones cedidas, en las que compañeros de trabajo pueden ceder días de descanso a los padres para que puedan acompañar a sus hijos. En España, sin embargo, desde 2012, los padres pueden solicitar una baja laboral durante todo el tratamiento oncológico.

El problema es que para optar a este sistema, los dos padres tienen que estar trabajando y además solo puede pedir la baja uno de los dos. Un problema para estas familias que, además, ven cómo la situación para hacer frente al tratamiento ocasiona unos gastos de 500 euros de mes como media.

En estos momentos, cerca de un centenar de familias con niños oncológicos en Castilla y León son atendidos en Pyfano, que trata de ofrecer asesoramiento, apoyo psicológico y también recursos como cesión de material ortopédico o un piso de acogida temporal.