Su esencia sigue intacta aunque han sabido adecuarse a los nuevos tiempos. Sus Monasterios son, este año más que nunca, referencias históricas a visitar en Toro. Más allá de las Edades del Hombre, la ciudad esconde entre su patrimonio dos órdenes religiosas que llevan 700 años en la ciudad.

Isabel La Católica alabó la labor de su campana tras la Batalla de Toro. La infanta Juana, hija del emperador Carlos V vivió dos años entre sus muros. Pero la historia de este Monasterio se remonta a 1316, cuando se pone la primera piedra. 700 años han pasado. Los tiempos cambian pero la esencia permanece, también en otros Monasterio más desconocido, el de Santa Sofía en Toro.

Algunas rentas, una pequeña hospedería, arreglos de ropa y un huerto frutal les sirven para autoabastecerse. Pero en su claustro conservan un tesoro del Siglo XIV que ven peligrar día a día.

Piden ayuda así a las instituciones mientras la celebración de sus 700 años en la ciudad sigue adelante y quieren que se las conozca. Séptimo centenario para dos congregaciones que atesoran dos lugares que no pueden faltar en el itinerario toresano tras las Edades.