Salud

La unidad de dolor crónico complejo de Valladolid será de referencia para 800.000 habitantes de Burgos, Palencia, Segovia y Soria

El consejero de Sanidad apuesta por dar una 'respuesta integral' a los pacientes con dolencias

Ical

El edificio de La Rondilla del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid cuenta desde hace unas semanas con una Unidad de Tratamiento del Dolor para casos complejos que tendrá como población asignada a los 520.000 habitantes de la provincia de Valladolid pero también será de referencia para los 800.000 ciudadanos de Burgos, Palencia, Segovia y Soria. No en vano, la Comunidad cuenta con unidades de dolor en ocho hospitales, salvo Ávila y Soria, pero ninguna cuenta con los recursos humanos ni los medios materiales del área puesta en marcha en Valladolid, fruto de la "alianza" del Río Hortega y el Clínico.

El consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, que visitó hoy las instalaciones, destacó que la nueva unidad de dolor de Valladolid ofrecerá algunas prestaciones más avanzadas que no son cubiertas por otros hospitales de la región. "Este dispositivo funcionará como una unidad de referencia avanzada para cinco provincias", precisó.

Sáez Aguado consideró necesario dar una "respuesta integral" a una necesidad como es el dolor crónico, que afecta a 416.078 pacientes. Citó los problemas de salud asociado a este tipo de dolencia sino también al ser un tema con consecuencias económicas ya que causa cerca de seis millones de bajas laborales, con un impacto de 131 millones de euros.

El año pasado, este grupo de paciente con dolor crónico acudió a un total de 23.457 consultas sanitarias, de las cuales el 80 por ciento se realizó en los centros de salud y los consultorios de la Comunidad. Un volumen importante que obliga a que el abordaje y el tratamiento de dolor sea una "prioridad" para los servicios sanitarios, ya que algunos estudios señalan que el dolor crónico puede afectar hasta el 30 por ciento de la población a lo largo de su vida.

Y eso se traduce en la formalización de una alianza estratégica para el trabajo conjunto de los expertos en la materia de las áreas de salud Valladolid Este y Oeste, que está dirigida por el doctor Enrique Ortega, actual jefe de sección de la Unidad de Dolor del Hospital Universitario Río Hortega.

Único protocolo

La unidad nace con 11 profesionales "muy cualificados", entre anestesistas, un rehabilitador, un psicólogo clínico y enfermeros especializados en dolor. El objetivo es prestar una atención integral, con un único protocolo asistencial, a toda la población atendida, incluidos los niños. De esta manera, se logrará mejorar los tiempo de acceso a los tratamientos y la realización de una valoración multidisciplinar de cada historia clínica. Esta plantilla se complementa con la participación de otros especialistas relacionados con el tratamiento del dolor como Anestesia y Reanimación, Neurología, Cirugía y Pediatría.

El consejero de Sanidad avanzó, según declaraciones recogidas por la Agencia Ical, que la unidad de dolor de Valladolid creará un programa de formación para Atención Primaria y desarrollará un sistema de consulta telefónica con las unidades de dolor de otros hospitales y centros de salud. "Hay que dar respuesta muy cualificada a unas necesidades que serán crecientes en el futuro porque los ciudadanos no pueden acostumbrarse a vivir con el dolor crónico", rubricó.

Enrique Ortega valoró el esfuerzo de la Junta para dotar a la unidad con los suficientes recursos que, a su juicio, están "bastante ajustados" a las necesidades, con cinco consultas totalmente dotadas. También, hay una sala con un aparato de rayos, otra para ecografías y un hospital de día. El doctor hizo hincapié, que tal y como apunta el Ministerio de Sanidad, en el "empoderamiento" de los pacientes para que sean ellos los que dirijan su enfermedad, lo que implica que cuenten con la formación necesaria y que asuman la responsabilidad de las decisiones que adopten. En ese sentido, apuntó que las escuelas de pacientes comenzarán en octubre.

Tratamiento con opiáceos

Preguntado por los tratamientos que reciben los pacientes con dolor crónico, el director de la unidad citó, básicamente, los fármacos pero también habló de las técnicas de radiofrecuencia y neuroestimulación. "El problema de los opiáceos preocupa mucho a las sociedades profesionales porque algunos de estos fármacos son mejores para controlar el dolor pero su mal uso puede generar otras dificultades", explicó.