SOCIEDAD

Óscar Puente destaca la figura de Miguel Ángel Blanco como referente en la lucha por la libertad y el fin de ETA

La hermana del concejal asesinado denuncia el intento de los proetarras de falsear la historia y convertir a las víctimas en verdugos.

Ical

El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, destacó hoy la figura del Miguel Ángel Blanco, el concejal de Ermua asesinado por ETA en julio de 1997, al que se refirió como un referente en la lucha por la libertad, la paz y el fin del terrorismo.

Puente, que realizó estas declaraciones durante el simbólico acto por el que la avenida de José Luis Arrese pasa a llevar el nombre del concejal de Ermua, también recalcó que la muerte del este joven edil supuso un antes y un después en la lucha contra ETA y dio paso al llamado espíritu de Ermua, ''ese sentimiento colectivo de unidad en la repulsa a la violencia de ETA de una sociedad dolorida''.

En términos similares se pronunció en el acto María del Mar Blanco, presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo y hermana de Miguel Ángel, que aseguró que la muerte de su hermano supuso el ''comienzo de fin de ETA'', a la vez que denunció el intento de los proetarras de intentar falsear la historia y escribir el relato de lo que pasó convirtiendo la ''mentira en verdad y a los verdugos en víctimas''.

En su intervención, Puente también recalcó que la decisión, a propuesta del PP, se tomó por unanimidad de los cinco grupos políticos con representación en el Consistorio, lo que supone que, ''lejos de las polémicas incomprensibles en otros puntos del territorio español, la ciudad de Valladolid ha demostrado, una vez más, su cordura, sentido común y profundo respeto por los valores esenciales de cualquier sociedad''.

Puente afirmó que España eligió a Miguel Ángel Blanco como su símbolo en la lucha contra ETA, un joven formado que no necesitaba la política para vivir y que decidió entregar una parte de su vida para servir a los demás, ''sabiendo que entonces, formar parte de las listas del PP o del PSOE era jugarse la vida''.

El regidor también explicó que con el cambio de denominación de calle también se hace un homenaje a las 857 víctimas mortales de ETA, ya que Valladolid y toda la sociedad tiene ''una obligación ética con todos aquellos que perdieron su vida para que hoy disfrutemos de nuestra libertad, deuda que siempre será imposible de saldar''.

Por su parte, María del Mar Blanco agradeció el homenaje y recordó que el asesinato de su hermano sirvió para ''que la gente perdiera el miedo y para ganar la calle'' y reclamó que la sociedad no olvide los 50 años de sufrimiento causado por ETA.