Una decisión que cogió por sorpresa a los directamente implicados.

Ávila y Alba de Tormes asimilan la decisión del Papa de no acudir a los actos del centenario teresiano

Tanto, que hoy hemos conocido que apenas unos días antes de que se cancelara el viaje, una delegación había recorrido Ávila para avanzar todos los preparativos.

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En medio de ese tumulto de escoltas y coches oficiales viaja el Papa. A pesar de la humildad de la que hace gala en sus viajes Francisco, su presencia es un reto organizativo para los lugares que visita. Ávila y Alba de Tormes no iban a ser una excepción en un viaje que se daba por seguro. De hecho, una delegación de expertos en grandes actos enviada por la Conferencia Episcopal recorrió algunos de los lugares donde podrían celebrarse los actos del Papa en Ávila. Los expertos conocieron los enclaves teresianos que visitaría Francisco y tras descartar el Lienzo Norte, se decantaron por una explanada en el Camino de Sonsoles para acoger la celebración más multitudinaria de la jornada.  Todo estaba casi cerrado.

Y es que, a pesar del simbolismo del 28 de marzo, fecha del nacimiento de la Santa, la Conferencia Episcopal había planteado como única opción para la visita el mes de agosto. Cuando llegó el anuncio desde Roma casi todo estaba preparado, de hecho se habla de un presupuesto de 6 millones de euros para acometer todos los gastos organizativos. Dinero que se esperaba sufragar a través de patrocinadores.