Basura por las calles, luz pinchada del tendido eléctrico. Absoluta falta de servicios: no hay agua ni alcantarillado. Son las condiciones de una treintena de personas que viven en un poblado de chabolas en plena Salamanca y en el siglo XXI, en el poblado de Vistahermosa. Un complejo problema con cruce de competencias entre el Ayuntamiento y la Junta de Castilla y León.

A veces sobran las palabras. A pocos metros del nudo de autovías y con las catedrales de Salamanca al fondo, nueve familias malviven en el poblado de Vistahermosa. Su historia viene de tiempo atrás. Ellos estaban aquí hace 20 años. Cuando la Junta se hizo cargo del terreno les prometió una solución. Algunos salieron a cambio de un año de alquiler pagado por el Ayuntamiento. Otros se quedaron con la promesa de una vivienda que nunca llegó.

La situación se ha ido haciendo insostenible. Hay chabolas de madera junto a casas que sufren el deterioro de años, las humedades, las goteras y la absoluta falta de servicios.

El Ayuntamiento de Salamanca llegó a un acuerdo para el desalojo con quienes eran propietarios, pero los inquilinos se quedaron atrás. Los vecinos que quedan están desesperados y piden ayuda urgente.

A tres de las familias les han prometido una vivienda de protección en el barrio de Chamberí, pero de momento no saben nada. Son palabras que sirven de poco consuelo cuando se aproxima un invierno crudo.