POR EL IMPACTO DE UN BUITRE

Muere el empresario leonés Rogelio Fernández, su mujer y sus hijas en un accidente de avioneta

Rogelio Fernández muy conocido en la provincia, como su esposa, de iniciales M.I.S.C, contaban con unos 50 años de edad; mientras que sus hijas, Y.F.S. y E.F.S., tenían 25 y 22 años, respectivamente

Ical / rtvcyl.es

Un matrimonio leonés y sus dos hijas fallecieron este sábado en un accidente de avioneta ocurrido en la Sierra de Cuenca a causa del impacto contra un buitre, tal y como confirmaron fuentes de la Delegación del Gobierno de Castilla-La Mancha, quienes recordaron que el suceso se produjo en un lugar de difícil acceso cuando el apartado realizaba el trayecto entre el aeródromo de Muchamiel (Alicante) y el de Pajares de los Oteros (León), donde la familia tenía previsto aterrizar a las 17.42 horas.

Tras varias horas de incertidumbre en la que se pensaba que a bordo de la avioneta viajaban, según el plan de vuelo, el padre, Rogelio Fernández, constructor y uno de los fundadores del nuevo aeródromo de Los Oteros, y una de sus hijas, finalmente se esclareció que los cuatro componentes de la familia habían subido al aparato, un extremo que se ha investigado este domingo en el lugar de los hechos, y que a última hora de la mañana confirmaron responsables de la investigación a la familia, con los que pudo hablar Ical.

Con todo, las fuentes oficiales mantienen la cautela y destacan que de los restos humanos localizados en el lugar “se desprende que en el siniestro podrían haber fallecido cuatro personas, posiblemente, todo ellos miembros de una misma familia, quedando pendiente la identidad de las mismas”.

El suceso ocurrió en una zona de difícil acceso, en un paraje denominado 'Cerro de Los Rabadanes', en las proximidades del embalse de La Toba, en la localidad de Beamud, pedanía del término municipal de Cuenca, según informó a Ical la Delegación del Gobierno manchega. Tanto Fernández, muy conocido en la provincia, como su esposa, de iniciales M.I.S.C, contaban con unos 50 años de edad; mientras que sus hijas, Y.F.S. y E.F.S., tenían 25 y 23 años, respectivamente.

Fuentes familiares consultadas por este medio confirmaron que ni la madre ni la otra hija, que en principio al parecer iban a regresar a León en coche, respondieron a las llamadas desde que se produjo el accidente ayer a las 16.58 horas.

En las labores de investigación del suceso han trabajado durante las últimas horas agentes de la Guardia Civil, de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial y miembros del Instituto de Medicina Legal, además de un equipo de la Guardia Civil experto en catástrofes, así como bomberos del puesto de Motilla del Palancar (Cuenca), un helicóptero de apoyo de la benemérita y un equipo de avión civil especializado.

Originarios de La Bañeza

La localidad de La Bañeza (León), de donde procedían, se encuentra de nuevo de luto tras el fallecimiento del policía nacional Isidro Gabino San Martín Hernández en Afganistán el 11 de diciembre. Según confirmó  el alcalde de La Bañeza, José Miguel Palazuelo, en el plan de vuelo figuraban tan solo dos personas y no contemplaba a la mujer y a otra hija del matrimonio. Sin embargo, “cambiaron a última hora” y los peores presagios se habrían podido confirmaron cuando “ninguno cogía el teléfono”, siempre según el regidor Palazuelo, tras recibir la notificación por parte de un representante de la familia.

La noticia ha supuesto “un palo” para la localidad, donde se estudian las muestras de condolencia que se adoptarán. Palazuelo recordó a esta familia, y en especial a Rogelio Fernández, como un empresario “muy conocido y emprendedor” que por encima de todo era “una gran persona” que trabajaba “en proyectos uno tras otro”.

Sobre las cinco menos diez de la tarde del sábado se recibió la llamada que informaba sobre el accidente aéreo, y la persona que realizó el aviso dijo que vio la avioneta y posteriormente escuchó un impacto. Rápidamente se activó el protocolo y hasta el lugar de los hechos se desplazó personal sanitario desde la capital conquense en helicóptero medicalizado. En el operativo también participó la Policía Local de Cuenca, Policía Nacional, Guardia Civil, una dotación del Parque de Bomberos de Cuenca, compuesta por cinco agentes, y la Central de Incendios Regional.

El modelo accidentado es un Sotoca Tobago, una avioneta monomotor de cuatro plazas y cinco horas de autonomía, que suele dedicarse para el aprendizaje o para recreo turístico.

Dos días de incertidumbre

A las 16.58 horas de este sábado el Centro de Operaciones Complejo (C.O.C.) de la Guardia Civil de la Comandancia de Cuenca recibió una llamada procedente de los Servicios de Emergencia 1-1-2, que avisaba de un posible accidente aéreo cercano a la localidad de Beamud (Cuenca). Ante estos hechos se trasladaron hacia la zona varias patrullas de la Guardia Civil, que de las primeras gestiones llevadas a cabo concluyeron con la localización de una avioneta en el paraje denominado Cerro de los Rabadanes.

Posteriormente se desplazaron agentes de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial (UOPJ) de la Guardia Civil con el objeto de llevar a cabo las investigaciones, de las que en un primer momento se pudo comprobar que se trataba del accidente de una avioneta, marca Sotoca Tobago, modelo TB-20.

Identidades pendientes de confirmar

Activados los protocolos establecidos para este tipo de catástrofes, a primera de hoy agentes de la UOPJ, agentes del Equipo de Identificación en Catástrofes de la Guardia Civil y el Equipo del Instituto de Medicina Legal de Cuenca, apoyados por un helicóptero del instituto armado, con base en Torrejón de Ardoz (Madrid), se trasladaron al lugar para llevar sobre el terreno labores de investigación.

A lo largo de este domingo se han sumado a las labores de investigación varios componentes del Servicio de Aviación Civil y bomberos del Parque de Motilla del Palancar, con el objeto de prestar apoyo y colaborar en la investigación del suceso. Hasta el momento, y pendiente del resultado de los informes técnicos, se deriva que la posible causa del siniestro habría sido por el impacto de un buitre contra la aeronave siniestrada.