DÍA DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD

Los edificios públicos de Castilla y León suspenden en accesibilidad universal cuando se agota el plazo legal

El Cermi advierte que el movimiento de la discapacidad será 'más beligerante' a partir del 4 de diciembre ante la 'burla' y la 'estafa' política y legislativa.

Ical

La accesibilidad es la cualidad de fácil acceso para que cualquier persona pueda llegar a un lugar, objeto o servicio. Con esa definición en la mano, se puede concluir que en los últimos años se ha hecho mucho pero queda un largo camino por recorrer en Castilla y León. Y eso que la Ley General de Derechos de las Personas con Discapacidad y de su Inclusión Social marcó el 4 de diciembre como plazo máximo para que todos los productos, bienes, entornos y servicios sean accesibles en España.

Y es que la accesibilidad ya no es solo la supresión de barreras físicas para acceder a un edificio público o privado o transitar por una ciudad en condiciones de seguridad, comodidad y de la forma más autónoma y natural posible sino que va más allá y el término se amplía a todos los espacios y servicios. De ahí que se hable de la accesibilidad universal que incluye, por ejemplo, un fácil acceso a las tecnologías de la información y comunicación (TIC), a la hora de acceder a internet o usar las redes sociales. Pero también una adecuada señalización para que sea entendible, por ejemplo, por las personas con discapacidad intelectual que tienen dificultades para procesar la información.

El Observatorio de la Discapacidad señala que la accesibilidad es ''fundamental'' para un diez por ciento de la población, es ''necesaria'' para otro 40 por ciento y es ''confortable'' para el cien por cien. Y es que, primero, se trata de un derecho y es algo que no solo beneficia a las personas con discapacidad sino al conjunto de la sociedad. De ahí que todas las asociaciones de personas con discapacidad hagan referencia a las leyes y normas pero, sobre todo, a la concienciación. No en vano, aseguran que la accesibilidad es cosa de todos y consideran que hasta que no esté interiorizada no habrá una verdadera sociedad inclusiva. Y eso pasa por abordar la accesibilidad de manera transversal y no como algo parcializado.

El Manifiesto del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) con motivo del Día de la Discapacidad recuerda que la accesibilidad es necesaria para cumplir el resto de derechos. ''Si un museo tiene escaleras, las personas con silla de ruedas no podrán usarlo; si un museo no tiene información en Braille, muchas personas ciegas no podrán usarlo y si las obras de un museo no se entienden las personas con discapacidad intelectual no lo disfrutarán''. Y esto, subrayan, es ''discriminación'' que no es otra cosa que ''tratar de forma diferente a una persona, como si fuera inferior''.

El 4 de diciembre es la fecha tope fijada por la ley aprobada en 2003 para que todos los servicios y entornos de interés sean accesibles. Han pasado 14 años y la cosa está como está. Lo sabe bien Jesús María Martínez, burgalés de 51 años, que conoce al dedillo las calles de Burgos. De una forma diferente desde hace cuatro años cuando un accidente de montaña le dejó postrado en una silla de ruedas. Con ella recorre desde entonces las calles de la capital burgalesa en una vida que es ''lo más autónoma posible'' y que le permite seguir practicando deporte adaptado e ir más de dos veces por semana al gimnasio ''para no perder fuerza ni física ni mental''.

La historia de Jesús Mari es como la de cientos de personas con discapacidad que, a su pesar y pese a los intentos de unas y otras leyes, no pueden pasear por donde lo hacen el resto de los ciudadanos. En su caso, ''a veces es toda una odisea pasar de una calle a otra en su propio barrio'', la zona de Las Torres de Gamonal, en Burgos, ''donde hay bordillos que tienen una pendiente que es casi imposible de subir para una silla de ruedas y mucho menos para una de batería''.

''Yo puedo subirlo porque tengo mucha fuerza en los brazos, mire'', explica mientras levanta su silla como si de una acrobacia se tratara para poder superar los centímetros ''de rebaje'' que algún técnico no se ha dado cuenta de que ''es algo imposible para una silla de ruedas''. ''Hay personas que no pueden subir esto ni con ayuda. Y como esta zona hay miles en los carriles bici y otros espacios de la ciudad'', asevera Jesús Mari, que señala ''varios puntos de riesgo en su zona aunque en la capital puede haber muchísimos más''.