EL BIERZO | Visita 'la catástrofe' del incendio del Valle del Oza

Suárez-Quiñones invita a reflexionar 'sobre los silencios que amparan' conductas pirómanas

El fuego arrasó unas 1.300 hectáreas y el viento, que alcanzó los 80 kilómetros a la hora, condicionó su evolución y la extinción

Ical

"Ha sido la mano del hombre la que lo ha ocasionado. Debemos reflexionar sobre los silencios que amparan este tipo de conductas". Con estas palabras se refirió hoy el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, a la reacción que reclama de la ciudadanía ante "los que queman el monte". Lo dijo después de visitar esta tarde el desolador paisaje que deja el incendio que arrasó desde el miércoles por la mañana el ponferradino Valle del Oza.

El fuego, que se originó el martes y que fue atajado, se reprodujo el miércoles y llegó a arrasar unas 1.300 hectáreas, según las primeras estimaciones. El viento, que alcanzó los 80 kilómetros por hora en algunos momentos impidió que los medios aéreos pudiesen actuar durante 36 horas y fue determinante para que se descontrolase el perímetro del incendio.

El viento perjudicó además el trabajo de los medios personales y provocó el avance de las llamas, a lo que se sumó la orografía del terreno, que también obstaculizó las labores de los efectivos y vehículos anti-incendios, cuyo trabajo elogió el consejero, quien destacó, en concreto, que en algún momento los pilotos hicieron "un esfuerzo tremendo volando en condiciones al límite de su propia seguridad".

El incendio, cuyo resultado definió como "catástrofe" y que se considera intencionado, no se dio por controlado hasta la mañana de hoy domingo, después de haber alcanzado el nivel 2 y asolar unos montes con un amplio valor sentimental para la comarca berciana. Desde el punto de vista del medio natural, Suárez-Quiñones detalló que un 80-85 por ciento de la superficie quemada es matorral y hay una parte de arbolado, principalmente roble y otras especies, con un daño ambiental relevante. En ese aspecto, apuntó que el incendio sufrido en Fabero el pasado año verano fue bastante más grave. En su extinción se gastó más de medio millón y serán necesarios dos más para las labores de restauración.

Hasta ocho medios aéreos simultáneamente y dos centenares de personas llegaron a trabajar en las labores de extinción del incendio del Valle del Oza, el más grave de los 1.500 registrados en Castilla y León en lo que va de año.

"Los criminales que pegan los cerillazos, que sepan que esa acción contra el medio natural y las personas, puede tener imponderables", señaló en alusión a las situaciones de descontrol que provocan las condiciones meteorológicas y otras circunstancias que pueden tener consecuencias personales graves.

Respecto a las críticas lanzadas desde distintos frentes por la gestión de este fuego, distinguió entre "las de buena fe, constructivas, que nos tienen que hacer mejorar" y las que calificó de "fáciles, demagógicas y baratas". El consejero avanzó, por otro lado, que el presupuesto de 2017 contemplará un diez por ciento más de inversión en la lucha contra el fuego y avanzó que en pocos meses se iniciarán mejoras como la colocación de entre seis y diez cámaras de vigilancia en la provincia y el nuevo diseño del centro provincial de control.