FÚTBOL | SELECCIÓN ESPAÑOLA

'La Roja' ilusiona en León

Los de Vicente del Bosque se imponen a Costa Rica (2-1)

rtvcyl.es

Cuatro días antes de viajar a Borisov para medir sus fuerzas con Bielorrusia en partido de clasificación vital para el futuro de España en la fase de clasificación de la EURO 2016 (Eslovaquia, 15 puntos; España, 12; Ucrania, 9), la selección se midió con la mayor sorpresa futbolística de 2014, Costa Rica, abocado Del Bosque a una profunda reestructuración del colectivo que nos llevó a la conquista de dos Eurocopas (2008 y 2012) y a la cima del Mundial 2010. Apenas quedan jugadores de los de la gesta de Viena y Johannesburgo, y medio paquete del que el técnico se llevó a León ni siquiera asomó sus narices en Polonia/Ucrania. Son cosas del fútbol, pero más aún el paso del tiempo. Inexorable, sin duda, y ante el que no caben respuestas. Solo seguir adelante.En el estadio Reino de León, esta vez, contra un rival escaso de nombre y de historia, pero con buen fútbol y buen presente.  

Keylor Navas, el mejor portero en la historia de Costa Rica fue el pilar sobre el que se sostuvo la tan extraordinaria como sorprendente actuación de la humilde selección de su país en la Copa Mundial de la FIFA 2014. Nadie, ni los mismos costarricenses por más que, después, confesaran lo contrario, se atrevió a pensar que tendrían posibilidad alguna de brillar en el Torneo. Nunca antes lo habían hecho. El sorteo les deparó, además, una mala jugada. Una fea jugada. Una pésima jugada. Para entrar en calor, Uruguay; después, Italia e Inglaterra, por este orden. Un grupo maldito sobre todo para Costa Rica. O eso parecía. Pero no. La Costa Rica y Keylor Navas salieron disparados hacia la gloria, tras derrotar a los charrúas (3-1), a los italianos (1-0), empatar (0-0) con los ingleses, tumbar por penaltis a Grecia y por penaltis, también, caer ante la todopoderosa Holanda, que nos había vapuleado antes.Frente a una España en fase de remodelación, reconstrucción y reconducción, la sensación del pasado año llegaba a León como un adversario de cuidado y para demostrar su talante, incuestionable, y su talento, tan atractivo. Tarea complicada para los “ticos” por más que los todavía campeones de Europa se hayan visto obligados a modificar radicalmente su forma de jugar.

España alineó inicialmente una formación con muchas ausencias de los que solemos calificar como titulares. Unos porque se han ido; otro (Iniesta) porque está lesionado; un buen paquete de los que aceptamos como fijos (Piqué, Jordi Alba, Busquets, Pedro ) en tiempo de relax y prevención física tras la final copera, y otro grupo (Iker, Morata, Juanfran, Cazorla, Silva, Isco…) con aire de titulares, pero sin serlo en el Reino de León porque el seleccionador quería ver otras cosas en la fase en la que se encuentra. Es decir, jóvenes que han estado, que están y que, probablemente, estarán: De Gea, Bartra, San José, Alcácer, Nolito, Bernat y el emergente y vitalista Aleix Vidal. Un equipo que no veremos contra los bielorrusos, aunque atractivo, y, desde luego, con una ilusión desbordante.

Del Bosque entregó la conducción del equipo a Koke, que es un joven de su confianza, en ausencia definitiva de Xavi y momentánea de Iniesta. Sentados de salida Silva y Cazorla, el atlético asumió la dirección, pero con sobresalto inicial: una colada de Campbell por la izquierda con remate raso de Venegas, inalcanzable para De Gea. Un mal asunto resuelto en un suspiro con un balón por el eje del medio campo centroamericano que no atajaron los centrales costarricenses y que Alcácer resolvió con la facilidad y precisión que tiene acreditada. Disparo raso, cruzado, lejos de las manos de Navas. Instalado muy pronto el partido en unas tablas inesperadas (1-1), entró en una fase de pulso nervioso, que es razón siempre atribuible a los pocos años, con Del Bosque puesto en pie en la banda, señal inequívoca de querer más. Algo que parecía más difícil tras el repliegue inmediato de Costa Rica, que vio saltar todo sus sistemas de contención, incapaz de frenar el ritmo extremadamente vivo impuesto por Aleix Vidal en la banda derecha. El reciente fichaje del FC Barcelona fabricó la segunda diana con un centro a Nolito para que el vigués se la diera a Cesc, que solo tuvo que empujar el balón.

Esos impulsos veloces de los avanzados (Vidal, Nolito, Alcácer) fueron lo más sugerente de la España de la primera mitad, que no volvió a sufrir apuros. Sí los pasó Navas media docena de veces, una de ellas ante Sergio Ramos, tuvo que demostrar que su fama no es un asunto casual ni puntual. Keylor sostuvo a Costa Rica, salvando posteriormente un disparo cercano de Cazorla; a Bartra se le fue un remate casi bajo palos, y con Silva en el epicentro de todas las operaciones de organización y Cazorla como cooperantes directos de Cesc, España adquirió peso y poso y se alejó de Costa Rica. No marcó más goles es cierto, pero mostró incluso, ahora sí, maneras que nos hicieron retroceder al pasado tan feliz y reciente, y celebró en el Reino de León ante un público entregado que es un equipo que ilusiona. Con unos y con otros. Con los que llegan y con los que permanecen. Y eso siempre es bueno.