Las enfermedades laborales suponen un elevado coste para la seguridad social y la mayoría de estas bajas se podrían evitar si se previniesen desde el propio puesto de trabajo.

Según el sindicato UGT, en lo que va de año se han registrado unas 30.000 enfermedades laborales. El problema es que muchas de ellas son consideradas enfermedades corrientes y no se asocian al puesto de trabajo, de ahí que las empresas no pongan remedio. El sindicato asegura, además, que muchas empresas siguen viendo la prevención de riesgos laborales como un coste y no como una responsabilidad.

Si esta perspectiva cambiara, no solo la seguridad social ahorraría dinero, ya que muchos estudios señalan que por cada euro invertido en riesgos laborales, la empresa recuperaría 2,20 euros.