La Noche Blanca 2017 sacó un año más a burgaleses y visitantes a las calles de Burgos para vivir una tarde y madrugada pegadas a la cultura. La culpable del desvelo fue una programación, que ya es un referente en la primavera burgalesa, con 196 actividades culturales ideadas para todos los gustos y públicos espaciadas en 90 rincones de la histórica ciudad de Burgos. Ni la lluvia empañó tan mágica noche.

Teatro, música, recreaciones, conciertos a pie de calle, exposiciones, proyecciones y mucho más. La "Noche Blanca más participativa", como anunció el Ayuntamiento de Burgos en su presentación, comenzó con propuestas ya conocidas como la vistosa fiesta ‘Holi’ y otras nuevas como un ajedrez gigante que hizo las delicias de los amantes de esta disciplina.

La Plaza del Cordón se llenó de color con una nueva edición de la fiesta Holi. Los más jóvenes fueron partícipes, un año más ,de una de las fiestas más relevantes del calendario hindú en la que se deja a un lado las diferencias de clase, casta u origen y todo el mundo se vuelve ‘de colores’. La lluvia deslució en algunos momentos de la tarde la celebración que recuperó fuerzas pasadas las 21 horas cuando las nubes desaparecieron del cielo de la capital.

Precisamente, la lluvia provocó algunos cambios en la programación, lo que hizo que visitantes y participantes tuvieran que cambiar de escenario. Tal fue el caso de numerosas actividades infantiles y al aire libre que finalmente se celebraron como las recreaciones históricas que tuvieron lugar en el Castillo. Un espacio en el que se pudieron ver luchas de campeadores y una exhibición de esgrima medieval que hizo las delicias de quienes se animaron a subir a la parte más antigua de la ciudad.