Los expertos micológicos todavía no se atreven a pronosticar qué pasará este otoño, pero todo indica que la temporada de setas en Castilla y León no será buena, una vez más. Ya son cuatro años consecutivos que no se obtienen los resultados deseados. La lluvia ha sido muy escasa en verano y todo depende ahora del agua que caiga en las próximas semanas.
La esperanza de recolectores y expertos se centra en el agua que pueda caer en las próximas semanas. Y las empresas que hacen su agosto con ellas, se ven obligadas a importar.
Teniendo que recurrir a países extranjeros para poner en la mesa un manjar que estos años escasea en nuestra comunidad.