Los Tesoros del Agua

Jerónimo de Ayanz: inventor del aire acondicionado y buzo pionero en el Pisuerga

Fue el primer hombre que permaneció durante una hora bajo las aguas de este afluente del Duero allá por el mes de agosto de 1602

María y Dani navegando por el río Pisuerga, el afluente más famoso del Duero - rtvcyl.es

 

 

 

 

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Desde Tudela de Duero, después de aprender a cocinar bien sus espárragos, pusimos rumbo a Valladolid. Teníamos pensadas varias opciones para hacer más interesante esta parte del trayecto y, al final, decidimos recorrer la senda de los camellos.

 

Recibe este nombre porque la ruta, antes de adentrarse el Canal del Duero en dirección a Laguna de Duero, atraviesa las lindes de la finca de la Escuela de Equitación El Centauro, donde viven en régimen de semi libertad más de un centenar de camellos y dromedarios entre otros animales exóticos.

 

Ya en Valladolid, en las orillas del Pisuerga, quedamos con el equipo de inspección de la Asociación Cultural Amigos del Pisuerga para conocer de primera mano los trabajos de vigilancia de los fondos que periódicamente llevan a cabo. Nos subimos en su embarcación y mientras navegábamos nos contaron una de las anécdotas más desconocidas de este río.

 

 

La inmersión que le pudo costar la vida

La protagonizó el 'Leonardo Da Vinci español', Jerónimo de Ayanz y Beaumont. Un polifacético navarro del siglo XVII que además de militar, científico, político y empresario, destacó por ser uno de los inventores más prolíficos de su tiempo registrando más de 50 patentes, o como se llamaban en la época, privilegios de invención, en tan solo ocho años.

 

Cuando el rey Felipe III trasladó la capital a Valladolid, Jerónimo de Ayanz se mudó con la corte estableciendo su residencia y todo su equipo de laboratorio en la calle Cadena de Valladolid.

 

De que fue un hombre adelantado a su tiempo no nos quedó ninguna duda. En el año 1602 y frente a la atenta mirada de Felipe III y su corte, se sumergió en una de las zonas más profundas del Pisuerga a su paso por la capital para probar el primer modelo de escafandra con renovación continua de aire.

 

 

Jerónimo de Ayanz pasó sesenta minutos sumergido hasta que el propio Felipe III pidió que lo subieran para comprobar si seguía vivo. Los documentos que se guardan en el Archivo General de Simancas explican los detalles de este primer traje de buceo. Estaba fabricado con piel de vacuno y tenía dos conductos conectados con un fuelle que permitía la entrada y la salida del aire.

 

Ideó el aire acondicionado cuatro siglos antes

Sin embargo, este no fue el único éxito del inventor navarro. Para muchos, Jerónimo de Ayanz y Beaumont fue el precursor del aire acondicionado. Cuatro siglos antes de que se sacara al mercado la solución del norteamericano Willis Haviland Carrier para evitar las variaciones de temperatura y humedad, Jerónimo perfeccionó su prototipo de máquina de vapor para hacer pasar la nieve por las tuberías de la mina que dirigía en Guadalcanal (Sevilla) con el fin de enfriar el aire y refrescar el ambiente.  

Al final, no fueron sus arriesgados ensayos los que le llevaron a la tumba sino la enfermedad de la gota que le persiguió durante años. Murió en 1613 dejando a medio escribir un libro sobre sus inventos que nunca se llegó a publicar, pero, como curiosidad, os podemos contar que uno de los capítulos dedicados a su pionera máquina de vapor se guarda con mimo en la Biblioteca Nacional.

 

 

En 2016, la asociación Amigos del Pisuerga organizó la recreación de esta peculiar inmersión que os hemos relatado. El buzo Javier Marqués se metió en la piel del inventor y, acompañado por un teatralizado Felipe III y una corte de trece personas, se sumergió durante una hora ataviado con una réplica del primer equipo de buceo para poner en valor este hito histórico ocurrido en las aguas del Pisuerga.