El 29 de junio de 2013 los vecinos de Pizarrales se sobresaltaban al despertar de madrugad por un incendio declarado en una vivienda de la calle Regato de Buenavista. En su interior aparecía una persona de 51 años fallecida, según se supo después, no por las llamas.

La investigación policial determinó que el hombre había sido previamente asesinado con cuatro puñaladas en el cuello efectuadas con un cuchillo de cocina.

Las pistas condujeron a una pareja, formada por un español y una portuguesa, que permanecen en la cárcel desde junio de 2013 y que ahora se enfrentan a una pena conjunta de 36 años de prisión.

En la primera sesión del juicio, los dos han negado su participación en los hechos. Sin embargo, han reconocido que en esa época arrastraban una fuerte drogodependencia.

En la investigación policial, quedó de manifiesto que la pareja conocía previamente a la víctima y que de hecho la mujer había mantenido en varias ocasiones relaciones sexuales con él a cambio de dinero para adquirir droga.

Aquel día, una discusión en la que le habrían pedido dinero pudo desencadenar la fatal agresión.

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