Buscamos pepitas 'vivas' de oro blanco. Semillas aptas para germinar y reforestar nuestros montes. A través de piñas seleccionadas de hasta 300 zonas de Castilla y León, el Vivero Forestal de la Junta de Castilla y León, dependiente de la Consejería de Medio Ambinete, se encarga del resto. 

En el caso de piñas de resinero de Soria, por cada kilo de piñas se pueden extraer unos 20.000 kilos de semilla. En el caso de pino piñonero, 20 veces menos.

Primero pasan por un máquina de lavado para desinfectarlas de suciedad y microorganimos, se baja su humedad varias semanas en cámaras frigoríficas y posteriormente se centrifugan en secadoras gigantes con aire caliente. A partír de ahí las piñas ya pueden abrirse y soltar sus semillas. 

Limpias y despojadas de la cáscara, en otra nave, la precisión de la tecnología prepara en envases individuales hasta 200.000 plantas al día. 

Para repoblar una hectárea harán falta unas 1.000 unidades. Sus 8 primeros meses de vida se miman, crecen y fortalecen en los viveros de la Junta. A partir de ahí, en el mes de noviembre ya están listas para salir al monte y enraizar en las zonas más despobladas o más afectadas de Castilla y León.