UNIVERSIDAD | Ciclo de 'Diálogos UVa'

Ángeles Carmona ve imprescindible acortar el procedimiento de un juicio de violencia de género

La presidenta del Observatorio Nacional contra la Violencia Doméstica destaca el avance del sistema Lexnet para reducir los plazos y tener una respuesta judicial 'inmediata'

Ical

La presidenta del Observatorio Nacional contra la Violencia Doméstica y de Género, María Ángeles Carmona, considera "imprescindible" acortar los plazos del procedimiento de un juicio de maltratos con el objetivo de que la mujer se sienta protegida y, sobre todo, que el agresor sienta que sus delitos no quedan impunes.

De ahí que destacara el importante avance que ha supuesto el sistema Lexnet, implantado por el Ministerio de Justicia desde principios de año, que reduce los plazos de notificaciones a las partes. "Es absolutamente imprescindible que los procedimientos vayan lo más rápido posible", aseguró durante la inauguración del ciclo de Diálogos UVa, de la Universidad de Valladolid.

Carmona reconoció los plazos "excesivos" a la hora del señalamiento de los juicios que pueden acarrear un riesgo "muy importante" para la mujer. No en vano, apuntó que el paso de que la víctima de el paso para presentar una denuncia es un "acto de valentía" e incluso "heroico" en todo el procedimiento porque la mujer, precisó, siente "miedo y terror" de su propio maltratador.

También quiso diferenciar la denuncia falsa con la denuncia absolutoria. "Hay que desterrar el mito de que hay denuncias falsas", aseveró. Una afirmación que justificó con un informe elaborado por el Observatorio Nacional contra la Violencia Doméstica y de Género que concluye que de que las 500 sentencias emitidas, solo en dos casos se pidió testimonio a testigos para corroborar la denuncia de la mujer y en uno de ellos se citó a un agente de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que comprobó la agresión.

En ese sentido, María Ángeles Carmona, afirmó la dificultad de probar un delito de violencia de género porque el maltratador busca cometerlo en la intimidad (habitualmente en el domicilio de la pareja) y sin testigos.

Carmona alertó de la violencia contra la mujer en el ámbito rural puesto que el 72 por ciento de los asesinatos se produce en poblaciones con menos de 100.000 habitantes. "Es necesario que llegue la información a los municipios y pueblos más pequeños donde, en ocasiones, no se denuncia por vergüenza o porque la mujer no percibe que es una víctima", rubricó.

De ahí que recordara que un simple empujón es un delito, sin necesidad de que sea una paliza. "El simple control sobre la vida de una mujer y el acoso u hostigamiento, que suele ser el primer escalón en las conductas de violencia de género, es un delito de coacciones", apuntó.

Fallos en el sistema

La presidenta del Observatorio manifestó que hay fallos en el sistema, sobre todo cuando se produce un asesinato después de una denuncia previa. También advirtió de que en el 30 por ciento de los casos hubo una reanudación de la relación o la mujer se acogió a su derecho a no declarar. En esos casos, lamentó que todos los agentes implicados no hayan hecho lo posible para advertir a la víctima del riesgo que corrían al volver con su agresor.

Fue entonces cuando destacó la importancia de la valoración policial sobre el riesgo que sufre la mujer, ya que en función de ese informe la Policía puede adoptar medidas de protección (llamadas periódicas a la víctima o el control de un agente las 24 horas del día), con independencia de la decisión que tome el juez.

María Ángeles Carmona negó que el incumplimiento de las medidas de protección venga de las propias víctimas. Recordó que los juzgados adoptan miles de órdenes de protección, medidas de alejamiento y prohibición de comunicación para las mujeres. "Es importante saber que la víctima necesita apoyo a lo largo del procedimiento para continuar con el mismo porque una de las preocupaciones del Consejo General del Poder Judicial es la renuncia de la víctima a continuar con ese proceso", manifestó.

En ese sentido, defendió cualquier avance para que la mujer se sienta protegida y apoyada en todo momento para continuar con el proceso. Un apoyo que debe venir de las instituciones pero también del entorno de la víctima como familia, amigos, vecinos y compañeros de trabajo para que las mujeres "no estén solas y tengan un colchón". A su juicio, urge una "mayor implicación" de ese entorno que percibe ese daño.

Recordó que de las 1.889 denuncias registradas en la provincia de Valladolid, solo en un 0,12 por ciento de los casos hubo una renuncia al procedimiento frente al 12 por ciento de la media nacional. "Significa que las personas cercanas a las víctimas que las asesoran hacen muy bien su trabajo", expuso.

La letrada apuntó que la estimación del Observatorio es que el 80 por ciento de los hechos delictivos de violencia machista no se denuncia nunca. De ahí que mostrara su satisfacción con el hecho de que se registren más denuncias porque es la interpretación de que la víctima se atreve a dar el paso. "La denuncia es la única manera de poner en marcha el mecanismo de protección hacia la víctima", explicó.

Carmona también aprovechó su intervención en la jornada de la UVa para desterrar otros mitos como la nacionalidad de las víctimas y agresores puesto que el 74 por ciento de las fallecidas es española o los eximentes o atenuantes como el alcoholismo o episodios de locura y desesperación.

"Los maltratados relatan sus delitos de asesinatos con frialdad y de forma premeditada", apuntó. Ofreció otro dato preocupante porque la edad media de las fallecidas ha pasado de 45 a 40 años.

Conductas entre jóvenes

En un marco como la Universidad, la presidenta del Observatorio Nacional contra la Violencia Doméstica y de Género advirtió que muchas mujeres jóvenes no perciben las conductas de aislamiento como actos de maltrato. "Es clave que las víctimas detecten, de forma precoz, esos comportamientos porque son la primera escalada de violencia", afirmó.

Y todo ello con la dificultad de que se trata de un colectivo que utiliza las redes sociales y las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) para ejercer la violencia de género. "Cada vez es más habitual el control de los teléfonos móviles o compartir las contraseñas para vigilar a la víctima y tenerla localizada desde el minuto uno", precisó.

El rector de la Universidad de Valladolid, Daniel Miguel, consideró imprescindible abrir nuevos cauces de debate en asuntos que importan a la sociedad. De ahí, la iniciativa de poner en marcha el ciclo de Diálogos UVA que abordará cuestiones de interés social, económico, jurídico y universitario.

A lo largo de las próximas semanas, se abordará sectores estratégicos como la automoción y la agroalimentación, la evolución tecnológica, las redes sociales, la educación y la transferencia de conocimiento.

Destacó que el ciclo arranque con la violencia de género que es una "lacra a erradicar" puesto que se ha avanzado mucho pero queda bastante recorrido. "La UVa cuenta con más de 25.000 universitarios y hay que incidir en el papel educativo para trabajar por una sociedad más preparada y justa porque nuestro papel es activo y no como mero espectador", apuntó.

De ahí que destacara los esfuerzos de la institución académica para promover la igualdad entre hombres y mujeres con la creación de una Comisión de Igualdad que puso en marcha un plan de igualdad de oportunidades.

"Hay que eliminar, reducir o evitar la brecha de género existente", añadió, según Ical, para lo que es necesario el papel de la Unidad de Igualdad para informar y asesorar a toda la comunidad universitaria, educar en valores e influir en la sociedad.