Viven todos juntos en una residencia. Proceden de casi 20 países diferentes; algunos no saben hablar español todavía, pero les une una ilusión: el fútbol y poder convertirse algún día en deportistas de élite.

El objetivo de la Fundación del Real Valladolid es el de que estos jóvenes mejoren sus técnicas futbolísticas para que cuando regresen a sus países puedan destacar sobre el resto. De Indonesia, Taiwán, China, Australia, etc.. prácticamente proceden de los cinco continentes del planeta.

Pero no todo es jugar al deporte que aman, también tienen que responder de sus obligaciones académicas. Por eso, el instituto vallisoletano IES Antonio Tovar les acoge durante sus estancias, que duran de media todo el curso académico.

Sus profesores nos cuentan que no es fácil integrar a estos chicos sobre todo por la barrera del idioma, pero al final lo consiguen e incluso despuntan. Como es el caso de Esteven, un joven taiwanés que vino a Valladolid hace cinco años y no sólo aprendió español en un tiempo record, sino que ha aprobado primero e bachillerato y enfila ahora segundo para presentarse luego a la selectividad.