OBITUARIO

Muere Julio Valdeón, profesor comprometido y renovador de la historia medieval


E. BERZAL / RTVCYL

Julio Valdeón Baruque, renovador por excelencia de la Historia Medieval española, investigador de talla internacional e impulsor de la autonomía castellana y leonesa, falleció ayer en Valladolid a los 72 años de edad.

Nació en la localidad vallisoletana de Olmedo el 21 de julio de 1936, un mes antes de que los militares alzados contra la República fusilaran a su padre, el maestro Julio Valdeón Díaz. Infancia triste y dura en aquella ciudad azul de postguerra, Valdeón cursó estudios primarios en el Colegio "Jesús, María y José", y el bachillerato en el Instituto Zorrilla entre 1946 y 1953. Apasionado por la historia y por la docencia, seguidor fiel de la estela profesional de su progenitor, en 1958 se licenció en Filosofía y Letras por la Universidad vallisoletana, y en 1965 obtuvo el grado de doctor con una tesis dirigida por su maestro, Luis Suárez Fernández.

Tuvo tiempo entre tanto para impartir clases en el Instituto Núñez de Arce como profesor ayudante becario (1958-1960) y realizar una estancia en la Universidad de Poitiers (1962). Profesor Ayudante de clases prácticas, adscrito a la cátedra de Historia Universal, Antigua y Media de la Facultad de Filosofía y Letras de Valladolid (1958-1960), con apenas 25 años obtuvo la Cátedra de Geografía e Historia del Instituto palentino Jorge Manrique (1961-1966).

Al mismo tiempo comenzó su periplo universitario: en 1964-1966 fue profesor encargado de curso de Historia de la Gran Bretaña en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid; en 1966-1967, profesor adjunto de Historia Universal Antigua y Media de la misma Facultad; y entre 1967 y 1971, agregado de Historia Medieval de la Universidad Complutense madrileña.

La Cátedra la consiguió en 1971, en la Universidad de Sevilla; dos años después se hacía con la de su tierra natal, en cuya Universidad ha sido decano de la Facultad de Filosofía y Letras (1981-1984), director del Departamento de Historia Medieval y del Instituto Universitario de Historia Simancas.

Era Julio Valdeón uno de los más importantes medievalistas de nuestro país, y buena muestra de ello es el Premio Nacional de Historia que en 2004 le fue concedido por su obra Alfonso X el Sabio. La forja de la España Moderna. Especialista en la Baja Edad Media castellana y muy influido por la tradición marxista, fue artífice de la renovación de la Historia Medieval más allá de las tendencias de la historiografía política e institucional.

Su labor investigadora y divulgadora es ingente. Entre sus múltiples obras, algunas convertidas en auténticos best-sellers, figuran varios manuales universitarios, la famosa Historia de Castilla y León (1986), el tomo XII de la Historia de España de Menéndez Pidal, el IV de la Historia de España dirigida por Manuel Tuñón de Lara (1980), el dedicado a Burgos en la Edad Media (1984) o la Historia de Valladolid editada por Ámbito en 1996. Obras suyas son Enrique II de Castilla. La guerra civil y la consolidación del régimen (1366-1371) (1966), Los judíos en Castilla y la revolución Trastámara (1968), Población, economía y sociedad de la Corona de Castilla (1996), Enrique II (1996), Judíos y conversos en la Castilla medieval (2000), Los Trastámara el triunfo de una dinastía bastarda (2001), Pedro I y Enrique de Trastámara. ¿La primera guerra civil española? (2002), y Abderramán III. Califa de España y Occidente (912-961) (2003).

Fue además miembro del consejo de redacción de la revista Anuario de Estudios Medievales y de los consejos asesores de las revistas Historia. Instituciones. Documentos, Historia Social e Historia 16. Dirigió Edad Media. Revista de Historia y colaboró, entre muchas otras, en Hispania, Revista de la Universidad de Madrid e Historia 16. También dirigió la colección de Historia Medieval de la editorial Crítica, además de participar activamente en numerosos congresos de Historia Medieval y Metodología de la Historia.

Profesor invitado en las Universidades francesas de Poitiers, Marsella y Aix-en Provence, fue una constante en su persona la defensa brillante y apasionada de la Historia, como bien demostró en el librito En defensa de la Historia (1988). Comprometido con su tiempo y entregado a la Comunidad, impulsó el regionalismo castellano y leonés participando, en 1975, en la gestación del Instituto Regional de Castilla y León, pero también fundando, en 1981, la editorial Ámbito, que presidió hasta 2006.

El compromiso político lo canalizó, en aquellos albores de la Transición, a través del Partido Comunista, por el que se presentó como independiente primeras elecciones democráticas: todo un hito -y un mito- en la Universidad de entonces. Asiduo colaborador, desde su creación, del periódico El Mundo de Valladolid y de Castilla y León, a petición del Ministerio de Educación y Cultura formó parte, en los años 90, de la comisión encargada de la reforma de la enseñanza de la Historia en educación secundaria, cuyo informe de 1997 despertó un fuerte polémica dentro y fuera del gremio de historiadores.

De igual manera, en 2004 terció en la disputa por los legajos del salmantino Archivo General de la Guerra Civil, integrando la comisión de expertos como candidato propuesto por la Junta de Castilla y León. Correspondiente de la Real Academia de la Historia desde 1995, el 16 de noviembre de 2001 fue elegido numerario de la misma para ocupar la vacante dejada por Pedro Laín Entralgo.

Un catedrático comprometido con la democracia, el regionalismo y el antifranquismo

Julio Valdeón Baruque formó parte de esa escogida nómina de catedráticos que en los años de la Transición política lideró la oposición al Franquismo entre los docentes vallisoletanos.

Afín, en aquellos momentos, al Partido Comunista, por el que llegó a presentarse como independiente en las primeras elecciones democráticas, también llegó a presidir la Junta Democrática de la ciudad, impulsada por el PCE y de la que formaron parte, en un primer momento, CCOO, carlistas (que luego se retirarían), PCEi, Comunidades Cristianas, HOAC, JOC, MAS, curas obreros y Democracia Cristiana.

Son numerosos los ejemplos de su activismo en pro de la democracia, muchos de ellos conservador entre los legajos del Archivo del Gobierno Civil vallisoletano.

Así, a finales de diciembre de 1975, su firma encabezaba, junto a las de Pedro Gómez Bosque, Heliodoro Camisón, Fernando Moráis y Antonio Ojeda, los 207 folios de rúbricas que le fueron entregados al gobernador en pro de la amnistía. Lo mismo haría el 31 de enero de 1976.

Miembro también de la mítica Librería Villalar, impulsada como instrumento para combatir la dictadura franquista, su nombre es indisociable de las primeras plataformas regionalistas castellanas y leonesas. De hecho, Valdeón figura, junto a José Luis Martín, José Luis Barrigón, Carlos Santamaría, Carlos Carrasco, Ricardo Armbruster, Manuel Conde y otros, en la lista de impulsores, en 1975-76, del Instituto Regional Castellano y Leonés, organizador del primer Villalar, el de abril de 1976, duramente perseguido por las fuerzas de orden público.