En Castilla y León hay algo más de 85.000 personas que reciben una prestación por dependencia. Es un 3,49% de la población. Una cifra superior a la media nacional que coloca a nuestra comunidad en la primera posición en cuanto a la atención a dependientes. Pero hay cosas por mejorar. Según Comisiones Obreras hace falta una mayor inversión en infraestructuras residenciales y disminuir la lista de espera.

Uno de los mayores problemas, según el sindicato, es la aplicación del baremo. Muy restrictivo en Castilla y León. Hay más de 24.000 dictámenes a los que aún no se les ha adjudicado grado de dependencia.

La prestación vinculada supera a la ayuda a domicilio y la atención residencial. Existen más plazas en residencias privadas que en públicas.

En cuanto a la financiación, el sindicato critica que el Estado jamás ha llegado, ni de lejos, al 50% comprometido. El año pasado el gobierno central aportó casi un 18%, frente al 63 de la Junta de Castilla y León y el 19% correspondiente al copago.