La Catedral de Ávila ha abierto al público el campanario, al que se puede acceder después de ascender más de un centenar de peldaños de altura y donde se puede visitar la que fue casa del campanero.

Este espacio se encuentra sobre la bóveda gótica en la torre de la fachada oeste del templo, construido a caballo del románico y del gótico, según ha explicado el canónigo responsable de Patrimonio de la diócesis abulense, Óscar Robledo.

Los campaneros vivieron hasta la mitad del siglo en este lugar junto a sus familias, en una vivienda que tiene una sala y dos alcobas, una cocina con chimenea y otros pequeños espacios.

El espacio, construido sobre la bóveda gótica del tramo a los pies de la catedral, en su zona oeste, ha sido ambientado con algunos muebles que se conservaban de la familia del último campanero y con otros similares que sirven para entender las condiciones de vida de la época.