Afincado en Madrid desde hace trece años, el artista brasileño Renato Costa inauguró el pasado sábado en la Galería Javier Silva de Valladolid su exposición 'Inkless. Desde el rincón de pensar', donde invita al espectador a reflexionar sobre la ''insostenibilidad del sistema'' y la necesidad imperiosa de cambiar y mejorar la ''forma de relacionarnos entre nosotros mismos y con el propio plantea''. ''Estamos en una época de un desarrollo tecnológico brutal, pero a la vez no sabemos relacionarnos con el otro'', apunta en declaraciones.
La muestra es la prolongación del proyecto 'Inkless', que ha permanecido expuesto desde el 4 de octubre hasta el pasado 14 de enero en el Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneo (AACC) – Museo Pablo Serrano. ''Aquella incluía tres instalaciones pictóricas y una performance, y partía de una videocreación donde una impresora imprime sin fin un contrato de aparcería nacional (que es en sí mismo una pieza de arte conceptual), hasta que la tinta se agota e irrumpe la palabra 'Inkless', alertando de que se ha acabado la tinta y es el momento de cambiar de cartucho'', explica.
''Aquellas obras estaban mucho más conectadas con la actualidad, porque utilicé imágenes sacadas de medios de comunicación, como el 15M y una serie de situaciones sociales y políticas que estaba viviendo España en ese momento. Todas las piezas estaban en diálogo directo entre sí, con el propio vídeo, con la fotografía, con otras pinturas... Siempre estaban dentro de una instalación o de un contexto. En el caso de la exposición de la Galería Javier Silva sucede justamente lo contrario: cada pieza es autónoma, es un mundo en sí misma'', subraya.
Según explica, el hilo temático de todo el proyecto es ''la alteridad, la concepción genérica que comprende la figura del otro''. ''Estamos metidos en un sistema donde prima la competición y un desarrollo brutal, pero al final no sabemos muy bien con qué finalidad. Hay una sensación de fin de ciclo, de cambio de paradigma'', defiende.
Para Costa, a día de hoy ''aún no hemos sido capaces de encajar la figura del otro en un marco moral y ético definitivo'', y eso está en la raíz de ''toda la problemática y todos los conflictos que hay''. ''¿Qué hacemos con el otro? A la vez que dependemos del otro, muchas veces también es el gran competidor a batir. Es necesario que realmente haya una comprensión y una solución de esta cuestión. Si te fijas en cualquier tema, como el cambio climático, no hay acuerdos; en política no hay acuerdos, en religión no hay acuerdos, todo es un problema...'', argumenta.
A su juicio, el necesario cambio tiene que pasar forzosamente por la educación, ''de nosotros mismos en plantearnos nuestros propios valores'' pero también de los más pequeños. ''Cualquier esperanza de futuro pasa por un replanteamiento educacional''. ''El ser humano es producto de su cultura, de su herencia y de sus tradiciones, pero a veces es necesario pensar si estamos en el camino correcto y si estamos haciendo lo mejor'', reflexiona.
Por ello, además de las piezas pictóricas que protagonizan la muestra, la exposición incluye una silla y una mesa infantil pegadas a la pared (en un guiño al título: ''Desde el rincón de pensar''), al lado de las cuales reproduce tres interpretaciones propias de otros tantos grabados de Goya.
Renato Costa inició su profesión en el taller de su padre el pintor Manuel Costa. Estudió Bellas Artes en la Facultad Complutense de Madrid. Su obra se define por expresar intensamente las emociones a través de sus características técnicas y temáticas. Los temas claves son la relación entre el pasado y la actualidad, no solo las personales sino también las colectivas. Reivindica la figuración, la subjetividad y las emociones abiertas, convergiendo estas aptitudes en un arte más conceptual.
Ha expuesto individualmente la feria alemana Berliner liste, en el Centro de Arte Tomás y Valiente en Fuenlabrada, España o en el Museo de Arte Contemporáneo de Ceuta. También ha expuesto en muestras grupales en Lima, Perú en Cartagena, Colombia en Madrid, Gante, Bélgica o en Río de Janeiro, Brasil. Ha recibido algunos premios como el II Premio Jesús Bárcenas de pintura en Valdepeñas o el XXXV Premio Bancaja de Pintura, Escultura y Arte Digital.