Bodega Negón, en el corazón de la Ribera del Duero

Viticultura biodinámica, fe en las energías

Aplica al viñedo estiércol compostado en cuernos de vaca bajo tierra y fermentados de plantas naturales

Paralela a la viticultura convencional, ya hay quien trabaja la agricultura biodinámica. Va un paso más allá de lo ecológico. Sólo utilizan abonos naturales. Y todo puede resumirse en la fe que se tenga en las energías que existen pero nadie vemos. Primero hay que creerse que el estiércol absorbe toda la potencia y toda la energía que un día tuvieron los cuernos de vaca. Se rellenan en otoño y en primavera, se guardan bajo tierra y se sacan al año siguiente. "Que no veamos las cosas no quiere decir que no existan. Y las plantas sí que son capaces de absorber esas propiedades energéticas" nos explica Víctor, de la Bodega Negón, en Fuentecén, Burgos. Y no hace falta trabajar con grandes volúmenes. Basta con lo se saca de un cuerno para una hectárea de viñedo. Queda como si fuera un mantillo y posteriormente se mezcla en una barrica a golpe de remar y remar durante una hora con infusiones de plantas naturales. "Hacemos preparados o fermentados de hortiga, sauco y alcachofa"

Desde fuera puede parecer una locura pero ellos aseguran que el viñedo adquiere un vigor diferente. "La viña es una pasada lo bonita que la ves cada vez con más vitalidad y más verdor" nos cuenta Carmen, madre de Víctor. 

Juegan además con las influencias de la luna. "La poda de invierno se hace de cuarto menguante a luna nueva y lo dejamos en cuarto creciente con el fin de que la energía esté en la parte baja de la planta y al cortar los palos quitemos la menor parte posible de la energía a la planta" explica Víctor. 

El resultado son rendimientos más bajos pero también vinos con mucho más alma, con más esencia y con más cuerpo que los convencionales. Es su filosofía, una producción corta de 8.000 botellas y precios de entre 15 y 40 euros dirigidas a restaurante de alta gama.